Al día siguiente.
Nora despertó cuando ya había salido el sol, sin que nadie la molestara. Como siempre, fue Helena quien se encargó de atenderla esa mañana.
Helena le puso a Nora un vestido nuevo, de esos que la hacían ver como una muñequita. Cuando Nora salió de su cuarto, justo se topó con Bastián, que ya iba camino al trabajo.
—Malvado… —soltó Nora por costumbre, llamándolo como lo hacía en privado.
Pero apenas se dio cuenta de lo que había dicho, se tapó la boca con ambas manos, los ojos abiertos de par en par.
Demasiado tarde. Bastián ya la estaba mirando con esa expresión que mezclaba sorpresa y diversión.
Estaba clarísimo… lo había escuchado.
Nora sintió que la estaban acorralando. Se quedó tiesa en el pasillo, como un conejo a punto de salir corriendo.
“Ya valí”, pensó, “¿y ahora qué hago?”.
Bastián se le quedó viendo, tratando de descifrar lo que la niña había dicho. La vio parada ahí, completamente quieta, como si el suelo la hubiera atrapado.
—¿Qué acabas de decir? —preguntó él, arqueando una ceja.
Nora no contestó, solo jugaba nerviosa con la orilla de su vestido, apretándolo entre los deditos.
Bastián, al ver su silencio, le preguntó:
—¿No habrás despertado medio ida?
Eso por fin la sacó de su trance. Nora negó rápido, meneando la cabeza tan fuerte que sus trenzas bailaron de un lado al otro.
—No fue nada —balbuceó.
En cuanto terminó de hablar, intentó escabullirse escaleras abajo.
Pero Bastián la detuvo con voz firme desde atrás.
—Espera.
Nora se quedó quieta donde estaba, girando para mirarlo con cierta resignación.
—¿Todavía necesita algo, señor? —preguntó, fingiendo inocencia.
—¿A qué hora viene tu mamá por ti?
Nora pensó un momento. Tenía buena memoria y recordó lo que Karla le había dicho la noche anterior.
—Creo que al mediodía —respondió.
—Ya veo.
Pero Bastián no la dejó ir todavía.
Nora lo miró, esperando.
—¿Aún necesita algo, señor?
—Todavía no me dices cómo se llama tu mamá. Dijiste que me lo ibas a contar.
Los grandes ojos de Nora giraron, buscando una salida. Se hizo la desentendida.
—¿Nora te lo prometió? No me acuerdo… Si no me acuerdo, ya no cuenta, ¿verdad?

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