La Exesposa Millonaria Bajo el Velo romance Capítulo 57

Karla bajó la mirada y sacó el celular del bolsillo.

El silencio era tan denso que lo único que se escuchaba era el timbre del teléfono.

Los ojos oscuros de Bastián no se despegaban del rostro de la mujer, atento a cualquier gesto, cualquier señal. La tensión en el aire se volvía cada vez más pesada.

Karla miró la pantalla encendida, deslizó suavemente el dedo y contestó la llamada.

—¿Hola…?

Bastián bajó la vista a su propio celular. Su llamada seguía sin ser atendida, mientras que del teléfono de Karla ya se escuchaban las palabras de alguien más al otro lado.

Úrsula, por su parte, sacó su celular vibrante de la bolsa y se lo mostró a Bastián, agitándolo frente a él.

—Señor, ¿todavía cree que no soy la madre de Nora?

Bastián frunció el ceño. Úrsula colgó la llamada y, casi al instante, el celular de Bastián le marcó que la persona estaba ocupada, que intentara más tarde.

Por supuesto que Bastián sospechaba.

Había demasiadas inconsistencias.

No podía dejar de dudar.

—Señor Bastián, no importa cuánto insista usted, se lo repito: Nora es mi hija, ella me llama mamá. No entiendo sus sospechas, ¿acaso cree que soy una de esas personas que secuestran niños?

Los labios de Bastián se apretaron en una línea dura, y el ambiente a su alrededor se volvió más denso.

Úrsula, molesta, continuó:

—Señor Bastián, de nuevo le agradezco su ayuda, pero por favor, deje de desconfiar de mí. Me voy a llevar a Nora a casa.

Nora abrió sus bracitos y saludó a todos con alegría.

—Adiós, señor Bastián. Adiós, señora bonita.

Úrsula tomó a Nora de la mano y se marchó.

Bastián no dijo nada, pero su expresión se ensombreció.

¿Y si en verdad estaba equivocado?

Iba y venía entre la duda y la certeza, y la incomodidad se le notaba en cada movimiento. Se llevó una mano a la frente, presionando las sienes como si así pudiera aclarar sus pensamientos.

Fue hasta entonces que Karla terminó su llamada. Al ver que Úrsula y Nora se alejaban, sintió un alivio tan profundo que por poco se le escapa un suspiro.

Bastián jamás sabría que Karla tenía dos números de teléfono.