La Heredera del Poder romance Capítulo 1107

"Cuarta tía, ¿qué pasa contigo?" Jona tiró suavemente del borde de la camiseta de Marta.

Solo entonces Marta volvió en sí, bajó la mirada hacia Jona, conteniendo la ira que llevaba por dentro. "Jona, tu tía no tiene nada, así que lo mejor será que no hables por ahora."

"Ah." Jona asintió con la cabeza.

La conversación de los vecinos continuaba.

Marta respiró profundamente, dio un paso adelante, mirando hacia el frente.

En el pequeño jardín, había una extensión de hibiscos floreciendo.

Desde el punto de vista de Marta, podía ver claramente a dos personas de pie cara a cara, con un fondo de hibiscos floreciendo detrás de ellos. Aunque era de noche y la oscuridad era densa, bajo la luz de la calle, Marta podía ver claramente las expresiones en sus rostros.

"Hércules, ya te lo he dicho. Amar no necesariamente significa poseer, puedes transformar este amor en una bendición y protección. ¿Acaso no deseas verme feliz?"

"Entonces, ¿yo no puedo ser quien te proporcione esa felicidad?" preguntó Hércules.

¿Proporcionarle felicidad?

Una sombra de sarcasmo cruzó por los ojos bajos de Verónica.

¿Cómo podría Hércules siquiera merecerla?

Si él no fuera útil para ella, ni siquiera se molestaría en tratar con él.

Verónica entrecerró los ojos, levantando la cabeza hacia Hércules. "Hércules, ¿realmente necesitas hacer esto? ¿No estamos bien así como estamos?"

Al observar a Verónica frente a él, Hércules se sintió extraño.

¿Era esta persona la misma niña de aquel entonces?

Hércules exhaló, su voz se volvió más baja. "Verónica, ¿me estás usando como reserva?"

Aunque a Hércules no le gustaba decir eso.

Pero sentía que Gabriela tenía razón.

Amar era amar y no amar simplemente era eso, no amar.

Si Verónica siguiera siendo ambigua, significaría que lo está usando como reserva.

Ningún hombre estaría dispuesto a ser el segundo plato para la mujer que amaba.

Hércules ya estaba cerca de los treinta, era hijo único en casa y no tenía muchos años que perder.

Lo único que quería ahora era una respuesta de Verónica.

Verónica se sintió nerviosa, "Hércules, ¿cómo puedes pensar eso?"

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