La Heredera del Poder romance Capítulo 3006

Apenas el mayordomo terminó de hablar, el ambiente en la sala se volvió aún más tenso. Nadie se atrevía a romper el silencio.

Rosana guardó silencio, y Hanna tampoco dijo nada.

Amanda les había devuelto los regalos que le llevaron. ¿Y eso qué significaba? ¿Acaso Amanda pensaba que lo que ellas llevaban no era suficiente? ¿O que no estaba a la altura?

¡Era insultante!

Hanna reaccionó primero, forzando una sonrisa mientras decía:

—Tía Amanda, así no se vale. Que una vaya de visita y lleve un regalito es lo más normal del mundo. ¿Por qué se lo devolvió?

El mayordomo intervino enseguida:

—En realidad, en la casa nadie toma licor. Y un buen vino se disfruta con quien sabe apreciarlo.

Hizo una pausa y añadió:

—Aquí también hay un poco de miel, la señora Amanda me pidió que se las trajera. Dice que es muy buena para la piel, sobre todo para las mujeres.

¿Miel? ¿Y a quién le importaba la miel de Amanda?

¡Amanda era tan desagradable!

Hanna continuó con la sonrisa fingida:

—Bueno, muchas gracias a la tía Amanda, entonces.

Por fin, Rosana reaccionó y agregó:

—Mayordomo Bormujo, no te quedes parado, pasa, siéntate. La casa es sencilla, pero eres bienvenido.

Aunque Bormujo era solo el mayordomo, todos sabían que a veces tenía más peso que un familiar. Bastaba una palabra suya para que Adolfo cambiara de opinión sobre ellas.

Pero Bormujo se mantuvo correcto:

—No se preocupe, señora Lazcano. Tengo otros pendientes. No me puedo quedar.

Dicho eso, dio media vuelta y se dirigió a la puerta.

Rosana lo siguió hasta la entrada:

—¿De verdad no quieres pasar aunque sea un momento?

—De verdad, señora Lazcano, no se moleste.

Rosana e Hanna acompañaron al mayordomo hasta la planta baja del edificio.

Bormujo se volvió hacia ellas:

—Ya pueden regresar, de verdad no hace falta que me sigan.

Rosana se detuvo, la sonrisa forzada en el rostro:

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