La Heredera del Poder romance Capítulo 3097

Sue dijo: —El nombre grande me lo puso mi tía, y el apodo mi papá. Menos mal que en casa todavía había una tía, si no, me hubieran puesto Palo directo.—

La abuela Zesati sonrió y contestó: —La verdad, Palo tampoco suena tan mal. Pero no cabe duda que Gabi eligió un nombre mucho más bonito.— ¡Qué orgullosa estaba de su querida nieta política!

—Ven, Sue, aquí tienes el caldo de pollo que tu tía Eva preparó especialmente para ti.— Sofía sirvió un tazón de caldo y se lo pasó a Sue.

Sue aceptó el caldo con una sonrisa: —Gracias, tía Eva.—

Eva respondió: —¡Nada de gracias! ¡Aquí todos somos familia!—

—¡Casi lo olvido! ¡Mira esto!— Justo en ese momento, la abuela Zesati pareció acordarse de algo, sacó de su bolso un pequeño dije de oro en forma de candado y se lo colgó al bebé al cuello. —Esto es el candadito de la buena vida que le regaló la bisabuela. Que nuestro pequeño Palo tenga una vida larga, llena de alegría y salud.—

—Agradece a la bisabuela.— Sofía se acercó y añadió: —Ay, abuela, de verdad que no hacía falta, ¡cómo va a ser que usted, siendo la mayor, le tenga que dar regalos al más chiquito!—

Recibir ese candadito de la bisabuela era una bendición hermosa para el recién nacido.

—Es lo que corresponde,— rió la abuela Zesati. —Solo es un candadito, no es nada. Por cierto, Sofi, ¿cómo que no he visto a tu mamá?—

En un día como hoy, era raro que Paulina Yllescas no estuviera presente.

Sofía explicó: —Mi mamá se fue hace un mes a L, y justo está regresando.—

Paulina había pasado la vida trabajando duro, y solo en estos últimos años había podido reencontrarse con su hija. Ahora ya era tiempo de disfrutar, así que Sofía le había organizado varios viajes.

—Ya veo...— asintió la abuela Zesati.

En ese momento, sonó la puerta.

Toc, toc, toc.

—Yo abro,— dijo Gabriela y salió corriendo hacia la puerta.

—¡Deja, voy yo!— Adam se adelantó y abrió antes que Gabriela.