La Heredera del Poder romance Capítulo 3155

—¿Qué le pasa? —preguntó Selena.

Cecilia respondió: —¿Por ejemplo, algún problema que no se ve a simple vista?—

¡Un problema invisible!

Selena entrecerró los ojos y sonrió: —Pues capaz que sí, ¿eh? Nunca se sabe…—

Al pensarlo así, Cecilia se sintió un poco más tranquila. —¡Igual y ese tipo está medio loco! Pero de esos locos que sólo lo son a ratos…—

—¡Sí, sí, sí! —dijo Selena, aunque de pronto la sonrisa se le congeló en la cara. Luego añadió—: Pero ni los locos tienen esa presencia, ¿no crees?—

Incluso ahora, al recordarlo, a Selena todavía se le erizaba la piel. Le daba un escalofrío raro.

—Si sólo le da de vez en cuando, cuando está bien es igual que cualquiera —dijo Cecilia.

—Tienes razón —Selena asintió.

Después, Selena continuó: —Mañana voy a averiguar bien quién es ese hombre. Si de verdad está mal de la cabeza, tarde o temprano se va a saber.—

Después de todo, en este mundo, no hay secreto que no salga a la luz.

—Sí.—

Selena añadió: —Tú por mientras no dejes de ver a Luka. No es porque hayas visto que Gabriela anda con alguien así que vas a pensar que Luka no es suficiente para ti, ¿eh? Gabriela tiene una buena familia, pero tú no tienes el respaldo que tiene Gabriela.—

Con una sola frase le bajó el humo a Cecilia, que ya se estaba haciendo ideas.

Selena terminó diciendo: —No sólo tu familia no es como la de Gabriela, ni siquiera eres tan bonita como ella.—

Selena lo tenía claro.

Solamente con la cara, Cecilia no le llegaba a Gabriela.

Justo entonces, a Cecilia pareció ocurrírsele algo y preguntó: —Por cierto, mamá. ¿Por qué el prometido de Gabriela dijo hoy que la abuela sólo tiene una hija, que es la tía Sofía? ¿Eso qué? ¿Ya porque tiene dinero ahora se va a olvidar de sus papás de siempre?—

¡Eso sí que era el colmo!

Al oír eso, Selena entrecerró los ojos, pensativa. —¿Será que… será que ya sabe lo de aquel asunto?—

—No creo… —contestó, dudosa.

Ahora Selena también estaba confundida. En teoría, Sofía no debería saber nada.

—¿Qué cosa, mamá? —preguntó Cecilia, curiosa—. ¿Qué es lo que sabe la tía Sofía?—