La Heredera del Poder romance Capítulo 515

Sofía estaba sentada en el suelo, su ropa de la parte superior estaba ya destrozada. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho, se movía lentamente hacia atrás mientras gritaba. "¡No se acerquen, no se acerquen!".

"Tranquila, nosotros te trataremos bien", respondieron ellos.

Gabriela, sin pensarlo dos veces, corrió hacia ellos, sus golpes fueron rápidos y feroces.

Pronto, los gritos de dolor llenaron el aire, en un instante, los rufianes estaban retorciéndose en el suelo.

Sergio agarró un tubo de metal que había cerca y empezó a golpearlos. "¡Bastardos! ¡Se metieron con mi hermana! ¡Les enseñaré la razón por la cual no debieron meterse con ella!"

"¿Mamá, estás bien?"

"¡Gabi!" Sofía abrazó a Gabriela, rompiendo en llanto.

¡Qué suerte que Gabriela había llegado a tiempo!

Un momento más y habría sido demasiado tarde.

"¡Mamá, ya está, ya pasó!" Gabriela le consolaba, dándole palmaditas en la espalda.

Sofía, aun temblando por lo ocurrido, se aferraba a Gabriela.

"¡Basta ya! ¡Si nos sigues golpeando, matarás a alguien! ¡Solamente estábamos cumpliendo órdenes! ¡No fue nuestra intención! ¡Por favor, perdónanos!", suplicaban los rufianes, llorando y con los rostros golpeados.

"¿Quién los envió?", preguntó Gabriela de repente.

El silencio se apoderó del ambiente, nadie quería hablar.

"Tú dirás", Sergio amenazó y golpeó con el tubo otra vez.

Entre gemidos de dolor, uno sacó un teléfono, y tembloroso les mostró. "Fue... fue esta mujer de la foto."

Gabriela tomó el teléfono. No conocía a la mujer de la foto. Seguramente, ella también estaba trabajando para alguien más.

Después de enviar la foto a su propio teléfono, Gabriela sacó una botella de medicina de su bolsillo y la tiró frente a los rufianes. "Tomen la medicina que está dentro de esta botella."

Mirándose unos a otros, dudaron en tomarla. ¿Y si era veneno?

De repente, uno intentó escapar, pero Gabriela, con un lanzamiento preciso de un tubo de metal, lo detuvo.

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