La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1436

Michael rodeó a Nicole con el otro brazo, lanzándose a sus brazos y asintió.

“¡Duele… Duele mucho!”.

Nicole acarició su carita, genuinamente angustiada.

“No pasa nada. Te llevaré de vuelta y te cuidaré. Se pondrá bien pronto”.

Michael asintió solemnemente mientras moqueaba. Obedientemente, dejó que el doctor le pusiera el yeso.

La maestra estaba al margen y suspiró aliviada cuando todo terminó.

“Señorita Stanton, no será conveniente que el Pequeño Michael vaya a la escuela en este estado. ¿Por qué no lo dejamos descansar en casa un rato antes de volver a la escuela?”.

Nicole pensaba lo mismo y tocó la cabeza de él. “Está bien”.

La maestra sonrió y estaba a punto de decir algo cuando el Pequeño Michael giró la cabeza para mirar a Nicole.

“¿Dónde está Papi?”.

“Tu papi se fue al extranjero para una reunión. Acaba de irse hoy y todavía está en el avión”.

Cuando dijo esto, temía que él pensara demasiado y se apresuró a explicar: “No te preocupes, se lo explicaré a tu papi. No te culpará. Tampoco es que no quiera verte. Su teléfono está apagado, así que no tenemos forma de contactarlo”.

El Pequeño Michael frunció los labios. Su expresión era un poco molesta.

“No me caí por mi cuenta. Alguien me empujó por detrás a propósito. Maestra, ¿acaso no lo vieron todos?”.

Con esas palabras, el ambiente de la sala quedó en silencio.

El doctor no quería involucrarse en este asunto y fue a buscar la medicina después de atender a Michael.

La mirada de Nicole era ligeramente fría mientras la fijaba en la maestra.

“¿Es ese el caso?”.

El rostro de la maestra se mostró al instante un poco nervioso e impotente.

“No es así. Es inevitable que haya golpes y moretones cuando todos juegan al fútbol. Es normal caerse en el campo. En ese momento no me di cuenta de si fue intencional o no. En cuanto vi que Michael se cayó, corrí inmediatamente y lo traje al hospital…”.

No parecía haber ninguna inconsistencia en lo que dijo.

Aunque la maestra estuviera allí de pie, no podía estar mirando a una sola persona, así que no podía considerarse negligencia.

Nicole también sentía que esto podría no ser un simple empujón.

La maestra se puso nerviosa al instante.

“Señorita Stanton, yo…”.

Nicole no quería decir otra palabra más. Recogió la ropa del Pequeño Michael y salió de la sala.

El Pequeño Michael la siguió y le dirigió una mirada a la maestra.

La maestra se apresuró a ir detrás de ellos.

“Señorita Stanton, no vaya con el director. Ahora sé que me equivoqué. Si va con el director, me quedaré sin trabajo”.

Su mirada de pánico era realmente insoportable.

Nicole sabía lo mucho que la gente ordinaria valoraba su trabajo, pero el requisito previo era que tuvieran un corazón respetuoso con el trabajo.

Era un tanto irracional si solo esperaban hacer dinero.