La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1437

Nicole hizo una pausa, se dio la vuelta para mirar a la maestra y habló amablemente:

“Señorita, solo quiero que el director investigue personalmente este asunto. Si Max lo hizo intencionalmente y si amenazó a Michael, debe haber un resultado sobre si estas cosas son ciertas o no. Si no hiciste nada malo, entonces no te preocupes por perder tu trabajo. Si hiciste algo malo, entonces este trabajo no es adecuado para ti. Al fin y al cabo, no todo el mundo puede asumir el trabajo de enseñar y educar a otros”.

La cara de la maestra se volvió aún más pálida.

Nicole sonrió. “¿Por qué tengo que dejar que Michael sufra solo para que tú conserves tu trabajo?”.

Los ojos de la maestra transmitían pánico e impotencia.

“Señorita Stanton…”.

Ella pensaba que podía hacer la vista gorda, pero las palabras del Pequeño Michael dejaron al descubierto este asunto.

El Pequeño Michael tiró de la mano de Nicole y miró a la maestra.

“Si haces que él venga a disculparse conmigo y prometa no hacer nada perjudicial en el futuro, puedo perdonarlo”.

Nicole levantó las cejas. “¿Por qué deberías perdonarlo? Yo puedo resolver este asunto”.

El Pequeño Michael frunció los labios. “Ella es una buena maestra. No quiero que pierda su trabajo, ¡pero tampoco quiero que encubra a los malos estudiantes!”.

Nicole miró a la maestra. “¿Escuchaste eso? Iré con el director o dile que venga a mi. Llama a los padres de Max”.

La maestra se mostró abrumada. Sin embargo, solo podía asentir con rigidez e irse a un lado para hacer una llamada.

Nicole encontró un asiento y se sentó, mirando el brazo derecho del Pequeño Michael con atención.

“¿Todavía te duele?”.

Él asintió. “Un poco, pero Papi dijo que es vergonzoso que los chicos lloren solo porque les duele. ¡Lo aguantaré!”.

Entonces, levantó su pequeño puño para animarse.

El Pequeño Michael era inteligente e ingenioso, por lo tanto sabía que debía contarle todos los agravios con los que le pasó.

De lo contrario, los daños solo serían más serios.

Mientras los dos reían y bromeaban, la maestra se acercó desde la esquina con una cara cautelosa y de disculpa.

“Señorita Stanton, la madre de Max, mi hermana, llegará pronto. Por favor, espere un momento”.

Nicole asintió. La cautela y la angustia de la maestra hicieron que ella se sintiera un poco incómoda.

Si el Pequeño Michael no hubiera hablado, probablemente la maestra nunca lo hubiera dicho y pensaría que llevándolo al hospital estaría cumpliendo su deber.

La matrícula anual del Pequeño Michael se acercaba a los 700,000 dólares, pero el servicio y la calidad que querían estaban lejos de las expectativas.

Una maestra con un carácter tan débil no era adecuada para permanecer en una escuela internacional de este tipo.