La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 992

Clayton sonrió de repente y parpadeó. El amor en sus ojos se profundizó ligeramente.

La reacción actual de Nicole era muy diferente a la de la fuerte presidenta que a menudo hacía tendencia en redes sociales.

Ella era altanera pero infantil, madura pero no mundana, y la sorpresa y el miedo en sus ojos le hicieron sentir como si acabara de encontrar un tesoro.

La sonrisa de Clayton era suave y cálida. Sus ojos profundos la miraban.

“Nicole, somos una pareja. No me puedes llamar rufián. Esto es amor”.

Él bajó la voz y preguntó con una sonrisa: "¿Te gustó?".

La repentina seriedad hizo que Nicole se sonrojara.

‘¡Clayton Sloan, qué atrevido—’.

Ella no podía quedarse atrás. Tenía que tratar de deshacerse de su sonrojo y de su corazón acelerado.

Sin embargo, ella no se atrevía a recordar ese beso. Sentía que su corazón temblaba.

Ella frunció los labios, se armó de valor y evaluó seriamente.

“Fue regular. Tu técnica es promedio, pero es evidente que has tenido mucha práctica. Señor Sloan, ¿cuántas novias has tenido?”.

Ella preguntó involuntariamente sobre sus relaciones pasadas. Ella le había creído cuando él le dijo que no había tenido ninguna en el pasado.

Sin embargo, considerando ese beso él no estaba nada oxidado.

¿A quién estaba tratando de engañar diciendo que no tenía experiencia?

Ella cruzó los brazos sobre su pecho y lo miró, midiendo su reacción.

Clayton esbozó una sonrisa superficial y levantó la mano con mucha calma. "Eres la única. Aprendí solo. Si quieres, podemos explorar más técnicas y puedo esforzarme para ver qué te satisface”.

Nicole se congeló y de repente sintió que no podía decir nada más.

Ella realmente sintió que no podía ganar este juego. Nunca antes había perdido.

Justo en ese momento, el Pequeño Michael entró corriendo y rompió el ambiguo silencio que había entre ellos.

Él miró a Clayton con los ojos abiertos de par en par, se dirigió hacia Nicole y finalmente volvió a mirar a Clayton. Él dijo con dulzura: “¡Papi, felicidades! Aún no te has muerto…”.