La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 152

Mónica se acomodó en el pecho de Liam, bajando la cabeza mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios.

Liam la abrazó, sintiendo una mezcla de ternura y enojo, y su resentimiento hacia Aurora se intensificó aún más.

—Moni, ¿no has comido todavía? —preguntó Liam con un tono lleno de preocupación—. ¿Qué te gustaría? Te llevo a donde quieras.

—Claro —asintió Mónica con suavidad.

Ambos llegaron a la entrada de un restaurante francés aún más lujoso que el italiano al que habían ido antes.

Al ver el letrero dorado y brillante, una sonrisa de satisfacción apareció en el rostro de Mónica.

“Aurora, esa pobretona, solo puede entrar en esos lugares elegantes gracias al señor Dante”, pensó. “¡Ahora elegiré un lugar todavía más lujoso!”

Tomando del brazo a Liam, dijo con voz melosa:

—Liam, este restaurante se ve maravilloso. ¿Entramos a probar?

Liam levantó la vista hacia el nombre del restaurante y luego miró los carros de lujo estacionados en la entrada, sintiendo una ligera inquietud.

Este lugar parecía mucho más caro que el restaurante italiano de antes.

Su tarjeta había sido bloqueada por su padre, y últimamente había estado sobreviviendo gracias a la ayuda de sus amigos.

¿Cómo iba a atreverse a comer en un lugar que a simple vista se veía tan costoso?

Dudó un momento y dijo:

—Moni, ¿no crees que este lugar es demasiado caro? ¿Por qué no vamos a otro? Conozco uno cerca que también tiene buen sabor.

Al escuchar esto, la sonrisa de Mónica se congeló.

¿Liam estaba preocupado por el precio?

Para ella, era natural gastar en restaurantes de alta categoría, especialmente si era por ella.

Aunque sintió un poco de desagrado, no podía mostrarlo abiertamente, ya que debía mantener su imagen de dulzura y bondad ante Liam.

—Liam, raras veces salimos a comer fuera, no pasa nada si nos damos un gusto de vez en cuando. Además, este lugar parece tener un ambiente increíble, quizás la comida también sea deliciosa.

Liam, viendo los ojos esperanzados de Mónica y recordando el bochorno de hace un rato frente a su tío y Aurora, sintió un impulso de demostrar su valía.

Apretó los dientes y dijo:

—Está bien, si quieres comer aquí, vamos a probar.

“Espero que el dinero en la tarjeta sea suficiente para una comida...”

Mónica, al escuchar su respuesta, se iluminó de alegría y, aferrándose al brazo de Liam, dijo con cariño:

—¡Liam, eres el mejor!

Apenas entraron al vestíbulo del restaurante y, antes de poder sentarse, una voz femenina, ligeramente sorprendida, resonó detrás de ellos:

—¿Moni? ¡¿Eres tú?! Pensé que estaba viendo visiones.