La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 185

—Hoy, este reunión tiene como objetivo discutir sobre la transferencia de acciones de la señorita Aurora—dijo Eduardo, tratando de mantener su voz tranquila.

—¿Transferencia de acciones?—exclamó un accionista rompiendo el silencio con evidente escepticismo.—Presidente Narváez, ¿no había dicho antes que solo íbamos a discutir sobre la transferencia de acciones? ¿Por qué ahora ya es directa la transferencia?

—Sí, presidente Narváez, esto de la transferencia no es cualquier cosa. ¿No deberíamos pensarlo más detenidamente?—añadió otro accionista, mostrando su descontento.

Antes de la reunión, Eduardo había dicho que la crisis del Grupo Narváez solo podría ser resuelta por Aurora, así que se discutirían los detalles de la transferencia de acciones.

Los accionistas pensaron que Eduardo había encontrado a una persona capaz de inyectar capital al Grupo Narváez, alguien que podría salvar a la empresa del desastre, y por eso aceptaron venir.

Esperaban que, con la inversión de esa persona, podrían considerar la cuestión de las acciones.

Estos accionistas veteranos habían dedicado décadas al Grupo Narváez, y las acciones que poseían eran fruto de ese esfuerzo.

Sin embargo, sin recibir aún la inversión, Eduardo ya estaba dispuesto a transferir las acciones a una extraña.

Y además, a una hija adoptiva que la familia Narváez había echado.

¿Cómo podrían aceptar eso?

Eduardo sintió la duda y el descontento de los accionistas, lo que lo puso más nervioso. Miró a su alrededor con una expresión sombría y dijo con firmeza:

—¡Ya he tomado una decisión! ¡No hay nada más que discutir sobre esto!

—Presidente Narváez...—intentaron continuar persuadiéndolo los accionistas, pero fueron interrumpidos por el fuerte sonido de la puerta del salón al abrirse de golpe.

—¡Bang!

El sonido resonó en el salón de reuniones, sorprendiendo a todos los presentes.

Todos dirigieron su mirada hacia la puerta.

Elvira entró furiosa como una tormenta desatada.

Mónica, con los ojos enrojecidos, evidentemente había estado llorando antes de llegar, la seguía de cerca.

Aurora notó un destello en sus ojos.

Además, podría, gracias a las lagunas en el acuerdo, hacer que Aurora devolviera el Grupo Narváez sin resistencia.

Incluso podría usar esta oportunidad para enviar a Aurora a la cárcel.

¡Tres pájaros de un tiro!

Con este pensamiento, gritó furioso:

—¡Ustedes dos! ¿Quién las dejó entrar? ¡Seguridad! ¿Dónde está la seguridad? ¡Sáquenlas de aquí!

Varios guardias de seguridad se apresuraron a intervenir, intentando apartar a Elvira y su hija.

Elvira, como una leona enfurecida, se negó a irse.

Apartó a los guardias con un movimiento brusco y comenzó a gritarle a Eduardo:

—¡Eduardo! ¡Viejo tonto! ¿Te han hechizado para que le des el Grupo Narváez a esta maldita? ¿Te has golpeado la cabeza con una puerta?