La Heredera Revelada: El Camino del Poder romance Capítulo 35

—¡Sí, sí! ¡Mejor devuélvanle el dinero!

—Yo creo que ese dinero ya no regresa. Esa familia se mudó hace poco y ya causaron un montón de problemas. Seguro no son buena gente...

La gente alrededor veía a Elvira con lástima. Crió a una hija y se la quitaron, así que pedir una compensación parecía justo.

Especialmente porque Elvira, con su ropa humilde, realmente daba la impresión de estar pasando por un mal momento. Todos empezaron a criticar a Paloma y su hijo.

—¿Cuánto dinero gastó mi hija en la familia Narváez? Dilo todo y te lo doy, pero no vuelvas a mi casa lloriqueando como una loca —dijo Paloma, harta de la escena, metiendo la mano en su bolso para sacar el dinero.

Por otro lado, estaba confundida. ¿No era la familia Narváez de clase media? Y sin embargo, la señora Narváez vestía más pobre que ella. Quizás debería comprarse un atuendo similar el próximo día.

Cuando Paloma estaba a punto de dar el dinero, los ojos de Elvira brillaron con astucia mientras seguía secándose las lágrimas:

—Desde que entró a estudiar hasta que se graduó e hizo sus prácticas, en comida, ropa, gastos y matrícula, todo suma... al menos cincuenta millones de pesos.

¿Cincuenta millones?

La gente del pueblo se miraba sorprendida al escuchar esa cifra descomunal.

Simón soltó una risa sarcástica:

—No es mucho. Parece que mi hermana vivía peor en la familia Narváez que un perro que yo tenga.

Aurora: ¿¿¿???

Ahora Elvira estaba confundida. ¿La familia Lobos, que parecía tan pobre, estaba hablando en serio? ¿Podrían pagar cincuenta millones?

En su mente, Aurora había vivido como una princesa en la familia Narváez, solo pidiéndole que lavara ropa o limpiara de vez en cuando. Nunca la había tratado como una sirvienta, según ella.

—Entonces, hablemos con pruebas —dijo Aurora sacando su celular—. Dices que gasté mucho de la familia Narváez. Miremos bien si fui yo quien usó su dinero o si fue la familia Narváez quien me explotó.

Aurora mostró los mensajes de WhatsApp entre ella y Elvira, casi todos eran transacciones de dinero, con cantidades que variaban desde miles hasta decenas de miles, todas hechas por Aurora hacia Elvira.

Elvira se puso nerviosa, levantándose rápidamente del suelo:

—Aurora, ¿quién sabe si eso es cierto? Llegaste a la familia Narváez con diez años, ¿cómo podrías ganar dinero? ¿Acaso te mantenías sola? Si vas a mentir, al menos piensa un poco.

—¡Ah, claro! —Aurora levantó una ceja—. Casi lo olvido. Cuando llegué a la familia Narváez, me hiciste dormir en la caseta del perro y lavar tus prendas a mano en pleno invierno, diciendo que eran muy caras y debían lavarse así. Terminé en el hospital, con fiebre durante tres días. ¿Necesitas que saque los registros del hospital para refrescarte la memoria?