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La Noche que mi Esposo Salió del Clóset, Yo Salí por la Puerta romance Capítulo 2

El ático estaba en silencio.

Un silencio pesado, anormal.

—¿Yago? —llamó Olivia, dejando las llaves en la mesita de la entrada.

Nadie respondió.

Supuso que estaría en su estudio, en una de sus interminables llamadas de negocios.

Dejó el bolso en el sofá de diseño italiano y caminó hacia la habitación principal.

Su plan era simple. Dejaría el regalo sobre la cama, como una sorpresa.

Se imaginó la escena: él entraría, vería la caja azul, y por un momento, la frialdad en sus ojos desaparecería.

Una fantasía de niña tonta.

Mientras se acercaba por el pasillo de mármol, escuchó un ruido.

Un sonido rítmico, extraño. Acompañado de un quejido bajo, casi ahogado.

Olivia frunció el ceño.

Seguro estaba viendo alguna película de acción en su tableta. Siempre lo hacía con los audífonos puestos.

Se paró frente a la puerta de caoba de la habitación.

La sonrisa que había estado ensayando se dibujó en sus labios.

Giró el picaporte con cuidado, sin hacer ruido.

Quería que la sorpresa fuera perfecta.

Abrió la puerta lentamente, con el corazón latiéndole un poco más rápido.

La habitación estaba en penumbras, las cortinas corridas.

Pero la cama no estaba vacía.

Había dos cuerpos.

Dos hombres.

El instinto de Olivia fue encender la luz.

Apretó el interruptor y la habitación se inundó de una luz blanca y cruel.

La traición era real.

El hombre que tenía encima se dio la vuelta, con los ojos desorbitados por el pánico al verla.

Era Leandro.

Yago abrió los ojos.

El placer en su rostro se transformó en puro terror.

—Olivia…

Su voz fue un susurro roto.

Y en ese preciso instante, la pesada caja de piel azul se resbaló de las manos temblorosas de Olivia.

Cayó al suelo de mármol con un golpe seco y rotundo.

El sonido hizo eco en el silencio.

El sonido del fin de su matrimonio.

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