Noelia durmió tan profundo que no se despertó hasta las diez de la mañana siguiente.
Apenas recordó lo que le había prometido a Héctor la noche anterior, se levantó de un salto y fue directo al baño a lavarse la cara y los dientes.
Al salir, ya vestida y lista para el día, echó un vistazo a la sala… pero la montaña de peluches que había traído la noche anterior había desaparecido.
En ese momento, Raúl salió del estudio.
—¿Y mis peluches? Los que traje ayer —preguntó Noelia, frunciendo el ceño.
—Esos juguetes son un nido de bacterias, así que los tiré —contestó Raúl, con ese tono seco que usaba cuando no quería discutir.
Noelia sintió el coraje subirle por el cuerpo.
—¿Y quién te dio derecho a tirar mis cosas así nada más? ¡Eran míos!
Raúl se mantuvo impasible.
—Esta es mi casa. Tengo derecho a decidir sobre todo lo que hay aquí.
Noelia se quedó callada. Sus palabras podían doler, pero en el fondo sabía que Raúl tenía razón.
En esa casa, ni siquiera ella sentía que le perteneciera algo. Parecía más bien un adorno, una excusa para que Raúl pudiera guardar las apariencias. Si él decidía que algo no servía, simplemente lo desechaba, así fuera una persona.
Raúl notó el silencio incómodo y se acercó a ella.
—Como tu esposo, tengo que cuidarte. Y te lo repito: mantente alejada de Héctor. Ese tipo no está bien de la cabeza.
Apenas terminó de hablar, el celular de Noelia empezó a sonar.
Ella lanzó una mirada rápida hacia Raúl antes de contestar, y le corrigió:
—Por muy loco que digas que esté el señor Héctor, sigue siendo mi paciente. De él dependen mi trabajo y mis ingresos.
Dicho eso, se giró y contestó la llamada.
Raúl escuchó la conversación desde la distancia: Noelia y Héctor estaban concretando hora y lugar para verse más tarde. La expresión de Raúl se tornó aún más sombría.
...
Poco después, Noelia ya tenía la bolsa al hombro y se preparaba para salir.
Raúl la detuvo antes de que llegara a la puerta.
—¿No te estás olvidando de algo importante?
Noelia, sin mucha emoción, se puso de puntitas y le dio un beso rápido, casi automático.

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