La pequeña indomable del CEO obsesivo romance Capítulo 118

—Señor Walton, ¿qué está haciendo por aquí? _Pregunté, la verdad me sorprendió mucho, el me dió una mirada severa y me tomó por la mano, estaba apunto de adentrarme a su auto pero yo me solté de su agarre, no podía, estaba toda empapada y su auto también se iba mojar.

—No seas terca, está lloviendo muy fuerte y te puedes enfermar, te dije que no debías venir caminando _Comentó, tal vez debí aceptar que me llevara desde un principio pero ahora estamos en otra situación diferente, mi ropa está toda mojada.

—Lo sé pero...no puedo entrar a su auto, mi ropa está muy mojada, ya me alcanzó la lluvia y no hay nada que hacer, debería seguir con su camino, también se está mojando por mi culpa _Respondí, aunque él tenía paraguas, se estaba mojando por el salpicar de las gotas de agua, pero vi que frunció el ceño, al parecer se molestó.

—Sube al auto ahora, es una orden, si no lo haces te despido por no obedecer, ¿eso es lo que quieres? _Si, en verdad estaba molesto, no tenía opción, aunque estemos fuera de la compañía él sigue siendo mi jefe y puede hacer lo que le plazca hasta el punto de poder despedirme por una tontería.

—Si señor _ acato la orden y me subo al auto, me senté de la parte delantera a su lado, luego también se subió al coche y cerró la puerta, después colocó el paraguas de la parte de atrás, yo me abracé a mi misma ya que me estaba muriendo del frío, en verdad era espantoso, mi piel estaba blanca y sentía mis dientes crujir, fue mala idea regresar caminando como el me lo dijo.

En ese momento sentí sobre mis hombros algo cálido, el señor Walton me puso su saco para que no tuviera tanto frío, yo solo lo observé y no dije nada, ni siquiera un gracias salió de mi boca, el arrancó el auto pero no sé adónde iba, yo no le había dado la dirección del edificio donde queda mi apartamento.

—Señor Walton, ¿adónde vamos?, no le he dado mi dirección _Pregunté, el no respondió a mi pregunta si no que seguía con la mirada al frente conduciendo.

Yo no dije más nada, no sea que en una de esas lo vaya a poner de mal humor de tanto preguntar, además tenía un semblante molesto, no me atrevía abrir mi boca.

Recosté mi cabeza en la ventanilla del auto y observaba la lluvia, estaba lloviendo muy fuerte, me preguntaba cómo seguía mi abuela, el abuelo la está cuidando en casa desde que le dieron de alta, tengo que mandarles dinero lo antes posible ya que no trabajan, están muy ancianos y mi abuela no tiene quién la cuide más que él, no ha sido fácil mi vida desde que mamá murió.

De tantas cosas que vinieron a mi cabeza me quedé dormida, no supe en qué momento, estaba muy cansada y era fácil quedarme en un profundo sueño.

Estaba soñando con mi madre y mis abuelos, lo felices que éramos, risas, abrazos, lindas palabras, muchas cosas del pasado, no quería despertar de ese grato sueño.

En ese momento siento que mi cuerpo está en el aire, pensé que estaba en el mismo sueño pero no, abrí mis ojos y lo primero que vi fue el rostro del señor Walton, me tenía cargada en sus brazos, me sorprendí bastante.

—Señor, ¿qué está haciendo?, esto no es correcto, puedo caminar _Le dije pero se quedó en silencio otra vez, ni siquiera me miró, podía ver su rostro más de cerca, era perfecto, no tenía imperfección, no sé su edad pero se ve muy joven.

Dejé de mirarlo y posé mi mirada hacia el frente, estábamos en un apartamento muy lujoso por fuera, no quiero imaginar cómo es adentro, definitivamente no era donde yo vivía, lo primero que pensé fue que es donde él vive, era lo más seguro.

Se quedó de pie frente la puerta y me dejó en el suelo, por fin, no podía con la incomodidad, luego ingresó una contraseña y entramos, todo por dentro era muy lujoso como lo imaginaba, no estaba acostumbrada, el cerró la puerta y dejó las llaves en una pequeña mesa, los dos estábamos mojados.

El comenzó a quitar su camisa delante de mí, entré en shock, ¿cómo se le ocurre hacer tal cosa?, tiene una mujer en frente, y soy una extraña.

—Señor Walton espere...¿qué está haciendo? _pregunté, el se quitó por completo la camisa dejando expuesto sus cincelado pectoral, se nota que lo trabaja muy bien, aparté mirada apenas lo vi.

—Mi ropa está mojada por tu culpa, necesito quitarla _Respondió, entiendo el punto pero no debe hacerlo delante de su asistente, no es apropiado, tampoco entiendo porqué en vez de llevarme a mi apartamento me trajo al suyo, que suerte que es privado, porque de lo contrario alguien nos hubiera visto y habría rumores.

Capítulo 118 1

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