—Señor Walton, ¿qué está haciendo por aquí? _Pregunté, la verdad me sorprendió mucho, el me dió una mirada severa y me tomó por la mano, estaba apunto de adentrarme a su auto pero yo me solté de su agarre, no podía, estaba toda empapada y su auto también se iba mojar.
—No seas terca, está lloviendo muy fuerte y te puedes enfermar, te dije que no debías venir caminando _Comentó, tal vez debí aceptar que me llevara desde un principio pero ahora estamos en otra situación diferente, mi ropa está toda mojada.
—Lo sé pero...no puedo entrar a su auto, mi ropa está muy mojada, ya me alcanzó la lluvia y no hay nada que hacer, debería seguir con su camino, también se está mojando por mi culpa _Respondí, aunque él tenía paraguas, se estaba mojando por el salpicar de las gotas de agua, pero vi que frunció el ceño, al parecer se molestó.
—Sube al auto ahora, es una orden, si no lo haces te despido por no obedecer, ¿eso es lo que quieres? _Si, en verdad estaba molesto, no tenía opción, aunque estemos fuera de la compañía él sigue siendo mi jefe y puede hacer lo que le plazca hasta el punto de poder despedirme por una tontería.
—Si señor _ acato la orden y me subo al auto, me senté de la parte delantera a su lado, luego también se subió al coche y cerró la puerta, después colocó el paraguas de la parte de atrás, yo me abracé a mi misma ya que me estaba muriendo del frío, en verdad era espantoso, mi piel estaba blanca y sentía mis dientes crujir, fue mala idea regresar caminando como el me lo dijo.
En ese momento sentí sobre mis hombros algo cálido, el señor Walton me puso su saco para que no tuviera tanto frío, yo solo lo observé y no dije nada, ni siquiera un gracias salió de mi boca, el arrancó el auto pero no sé adónde iba, yo no le había dado la dirección del edificio donde queda mi apartamento.
—Señor Walton, ¿adónde vamos?, no le he dado mi dirección _Pregunté, el no respondió a mi pregunta si no que seguía con la mirada al frente conduciendo.
Yo no dije más nada, no sea que en una de esas lo vaya a poner de mal humor de tanto preguntar, además tenía un semblante molesto, no me atrevía abrir mi boca.
Recosté mi cabeza en la ventanilla del auto y observaba la lluvia, estaba lloviendo muy fuerte, me preguntaba cómo seguía mi abuela, el abuelo la está cuidando en casa desde que le dieron de alta, tengo que mandarles dinero lo antes posible ya que no trabajan, están muy ancianos y mi abuela no tiene quién la cuide más que él, no ha sido fácil mi vida desde que mamá murió.
De tantas cosas que vinieron a mi cabeza me quedé dormida, no supe en qué momento, estaba muy cansada y era fácil quedarme en un profundo sueño.
Estaba soñando con mi madre y mis abuelos, lo felices que éramos, risas, abrazos, lindas palabras, muchas cosas del pasado, no quería despertar de ese grato sueño.
En ese momento siento que mi cuerpo está en el aire, pensé que estaba en el mismo sueño pero no, abrí mis ojos y lo primero que vi fue el rostro del señor Walton, me tenía cargada en sus brazos, me sorprendí bastante.
—Señor, ¿qué está haciendo?, esto no es correcto, puedo caminar _Le dije pero se quedó en silencio otra vez, ni siquiera me miró, podía ver su rostro más de cerca, era perfecto, no tenía imperfección, no sé su edad pero se ve muy joven.
Dejé de mirarlo y posé mi mirada hacia el frente, estábamos en un apartamento muy lujoso por fuera, no quiero imaginar cómo es adentro, definitivamente no era donde yo vivía, lo primero que pensé fue que es donde él vive, era lo más seguro.
Se quedó de pie frente la puerta y me dejó en el suelo, por fin, no podía con la incomodidad, luego ingresó una contraseña y entramos, todo por dentro era muy lujoso como lo imaginaba, no estaba acostumbrada, el cerró la puerta y dejó las llaves en una pequeña mesa, los dos estábamos mojados.
El comenzó a quitar su camisa delante de mí, entré en shock, ¿cómo se le ocurre hacer tal cosa?, tiene una mujer en frente, y soy una extraña.
—Señor Walton espere...¿qué está haciendo? _pregunté, el se quitó por completo la camisa dejando expuesto sus cincelado pectoral, se nota que lo trabaja muy bien, aparté mirada apenas lo vi.
—Mi ropa está mojada por tu culpa, necesito quitarla _Respondió, entiendo el punto pero no debe hacerlo delante de su asistente, no es apropiado, tampoco entiendo porqué en vez de llevarme a mi apartamento me trajo al suyo, que suerte que es privado, porque de lo contrario alguien nos hubiera visto y habría rumores.
Dentro de poco se abrió la puerta, el salió y sólo llevaba puesto una pantalón de tela para dormir, ¿porqué diablos le cuesta ponerse una camisa?, está delante de una mujer extraña, que sea su asistente no quiere decir que deba tener ese tipo de confianza.
—Vamos a la habitación, es hora de dormir _Ordenó, me quedé atónita cuando dijo "vamos a la habitación" ¿quería que durmiera con él?, es imposible, no podría hacerlo.
—Señor...¿quiere que duerma con usted? _pregunté sorprendida, me puse de pie y lo miré confundida, el se notaba sereno, al parecer pensaba que no era la gran cosa o está acostumbrado a traer mujeres a este apartamento y dormir con ellas, en este caso era diferente porque no íbamos hacer nada indecente, por lo menos no de mi parte.
—Si, te traje aquí no para que durmieras en el sofá, ¿piensas que te puedo hacer algo?, si lo piensas es mejor que alejes ese pensamiento de tu cabeza, no tengo intenciones contigo, eres solo mi asistente y no eres mi tipo _Sus palabras se clavaron en mi pecho, lo dijo de una manera tan fría e indiferente que casi lloro, no soy su tipo y solo soy su asistente, es bueno saberlo, así dejo de actuar como tonta, me dolió lo que me dijo pero no lo dejé notar, no entiendo porqué me trae hasta aquí y me da sus atenciones si voy a recibir ese tipo de trato, sus acciones son buenas pero sus palabras son un asco.
—No se preocupe, no tenía eso en mente, sé perfectamente mi lugar, por eso prefiero dormir en el sofá, no quiero mezclar ningún tipo de confianzas entre usted y yo, como lo dijo, solo soy su asistente y este tipo de cosas como venir a su apartamento y usar su ropa, no es correcto, ante otros ojos se vería mal y se pueden crear malos entendidos _Señalé, tenía que darme mi lugar sin necesidad de ofender a nadie, sé perfectamente cual es el sitio que me corresponde y por eso debo ocuparlo, no dormiré en la misma cama que mi jefe por mucho que me guste, ya me dejó claro todo sin necesidad de pedir una aclaración.
Al decirle eso su rostro se tornó sombrío, yo lo miré calmada, no podía obligarme a compartir la cama, así que solo me dió la espalda y se adentró a su habitación, si estaba molesto no es mi problema, el me recalcó algo que ya yo sabía fue el seño Walton, yo solo usé sus propias palabras en su contra.
Yo me senté en el sofá dando un suspiro cansado, ¿de donde saqué el coraje para hablarle de esa manera?, es mi jefe, cualquier error que cometa puede costarme el empleo, ahora estoy preocupada, debo de controlar más mi legua, ¿qué me costaba acatar su orden?, ahora no sé qué esté pensando de mí en estos momentos.
Me acomodé en el sofá cómo pude, no tenía almohada ni cobija, sería una noche tormentosa para mi cuerpo, de todas maneras yo no quería estar en ese lugar, que hombre tan frío, malhumorado, indiferente y sobre todo su mirada sombría, tanta perfección no podía ser verdad.
Me quedé dormida pensando en qué pasaría el día siguiente, el señor Walton se fue a su habitación enojado, lo pude sentir aunque no me haya dicho nada, solo con su mirada me bastaba para entender el mensaje.

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