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La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 124

—Todavía no lo he decidido —respondió Petra, bajando la mirada.

—Entonces, ¿por qué no lo piensas rápido? —le soltó Benjamín, arqueando la ceja con una expresión de impaciencia, aunque su tono era relajado.

—¿Por qué no mejor vas y platicas con tu hermana primero? Que empiece por devolverle a la familia Hurtado lo que debe, ¿no crees?

El corazón de Petra dio un brinco. Recordando lo que Benjamín había dicho antes, se animó a preguntar con cautela:

—Entonces... lo que la familia Calvo le debe a los Hurtado, ¿es dinero?

Benjamín no respondió, simplemente la miró en silencio. Petra lo tomó como un sí y, algo apenada, soltó:

—Sr. Benjamín, usted sabe cómo está ahora el Grupo Calvo, ya no hay de dónde sacar ni un peso. Si usted también viene a presionarnos, la verdad es que la familia Calvo no tiene escapatoria.

—Pero le prometo que lo que debemos, se lo vamos a pagar. Si usted nos echa la mano y el Grupo Calvo logra salir del hoyo, le aseguro que no vamos a hacernos los olvidadizos. Pero si la familia Calvo desaparece... pues, lo que le debamos a los Hurtado se va a esfumar, así de fácil.

En sus ojos se notaba lo astuta que era, había cálculo y picardía en su expresión. Benjamín apenas sonrió, acercándose a ella hasta quedar a un suspiro de distancia.

El corazón de Petra se aceleró al ver su cara tan de cerca, sintiéndose atacada por tanta belleza.

Benjamín levantó la mano y le sujetó la quijada, observando su cara como si buscara algo escondido, y soltó una carcajada baja.

—No veo que en tu cara diga “cumple lo que promete” —bromeó, sin apartar la mirada.

Petra se quedó sin aire por un instante. Benjamín retiró la mano y, con un tono distante, añadió:

—Las cosas que ya habíamos acordado, señorita Petra, siempre terminas tirándolas por la borda. Ahora dices que no vas a quedarte con lo que no es tuyo, pero ¿cómo quieres que te crea?

Por supuesto, la estaba acusando de ser poco confiable.

Petra bajó la mirada, mordiendo el labio con seriedad.

—Sr. Benjamín, esa vez y esto no son lo mismo.

Los asuntos del corazón no pueden compararse con los del dinero. Además, él nunca la quiso; desde el principio, la persona con la que Benjamín quería casarse no era ella.

—Mi decisión de cancelar el compromiso y salirme del plan que tenían las dos familias, a fin de cuentas, también te benefició, ¿o no? Yo fui la que desobedeció a los mayores y te libré de un problema... no tuviste ninguna pérdida.

Su voz fue apagándose, porque notó que la mirada de Benjamín se volvía cada vez más oscura y profunda.

Desde el momento en que Petra decidió regresar, ya tenía claro que su apuesta era aferrarse a Benjamín, convertirse en la sombra de alguien poderoso.

Ella sabía que, si Benjamín lograba sacar tajada, el Grupo Calvo podría recibir aunque fuera las migajas.

Sin dudarlo, Petra asintió con honestidad.

—Si ya existe un camino fácil, ¿por qué iba a buscar uno lleno de piedras?

A Benjamín pareció divertirle su respuesta, una sonrisa se dibujó en sus labios, aunque no tuvo piedad en su comentario:

—Por lo que veo, estos años sí que aprendiste a aguantar.

—...

¿De plano no va a dejar pasar ese tema?

Solo fue un rechazo a un compromiso en el que no había amor de por medio. Tal vez le lastimó el orgullo a Benjamín, pero ¿de verdad era para que lo recordara durante tantos años?

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