La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 147

En el siguiente instante, la voz grave y cortante de Benjamín volvió a resonar en la oficina.

—Sal.

No era común escuchar a Benjamín hablar con tanto enojo.

Petra se quedó inmóvil un segundo, sorprendida, pero entendió la indirecta y se levantó del sofá sin protestar.

Después de todo, Benjamín tenía que hablar con su empleado, y no era asunto suyo escuchar esa conversación.

Caminó hacia la puerta, y al alzar la mirada, se cruzó con los ojos llenos de resignación del empleado reprendido.

Petra apretó los labios, sin poder hacer nada para ayudar.

Al pasar junto a Benjamín, sintió que alguien la sujetaba del brazo.

Petra se quedó helada por un instante, y notó cómo la mirada del empleado, antes triste, se iluminaba de repente al comprender algo. Se apresuró a salir, y antes de irse, le lanzó a Petra una mirada agradecida.

Ya en la puerta, el empleado no olvidó cerrar con cuidado, dejando la oficina perfectamente en silencio.

Ahora, el amplio y luminoso despacho sólo albergaba a Benjamín y a Petra.

Benjamín bajó la mirada, cruzando los ojos con un gesto indiferente antes de dirigirse hacia su escritorio.

Petra se tomó un segundo para tranquilizarse y enseguida lo siguió.

En cuanto Benjamín se sentó en su silla, ella se acercó con decisión y le entregó los documentos que había preparado tras desvelarse la noche anterior.

—Sr. Benjamín, ¿podría dedicar un momento para revisar este plan detallado que preparé? Si lo revisa, tal vez podamos tomar una decisión más informada.

Benjamín apenas le echó un vistazo a los papeles que Petra le ofrecía con ambas manos, sin mostrar ningún interés en su expresión.

—Si ya hablamos de esto ayer, ¿para qué perder más tiempo hoy?

Al decir eso, tomó otro expediente de su escritorio, como si el plan de Petra le resultara completamente irrelevante.

La mano de Petra tembló apenas un instante, pero no se dejó intimidar. Retiró los papeles con calma y habló con firmeza.

—Por supuesto. Esta es una oportunidad para que Grupo Hurtado tome la delantera. Y si me incluye a mí en el plan, todo saldrá incluso mejor.

Su tono era serio, y sus ojos grandes y brillantes no dejaban espacio para la duda.

Benjamín no respondió de inmediato. En silencio, abrió el cajón y sacó una cajetilla de cigarros. Sacó uno, lo encendió con movimientos fluidos y se lo llevó a los labios.

El humo grisáceo se extendía despacio en la oficina, ocultando el verdadero sentir de Benjamín tras una cortina difusa.

Petra se mantuvo de pie frente al escritorio, esperando con paciencia la respuesta de ese hombre que tenía enfrente.

Se sentía segura, convencida de que esta vez Benjamín no tendría cómo rechazar su propuesta.

—Srta. Petra, ¿cómo me asegura que no tendrá piedad con Nexus Dynamics? Porque, después de todo...

Benjamín dejó la frase colgando en el aire, sin terminarla.

Petra entendió perfectamente a qué se refería. Se quedó viendo de frente a Benjamín, sus miradas cruzándose a través del humo, firme y serena.