La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 163

Anaís hizo un gesto cortés, invitando a Petra a pasar y, de paso, empujó la puerta de la oficina de Benjamín.

Petra le agradeció en voz baja antes de entrar en la oficina.

Benjamín estaba sentado en su silla, revisando unos documentos. Llevaba la camisa negra con las mangas ligeramente remangadas y la mirada clavada en las hojas, completamente concentrado.

Petra se acercó a su escritorio y habló en voz baja.

—Sr. Benjamín, ya estoy aquí.

Benjamín apenas soltó un —Ajá— sin cambiar la expresión. Ni por un segundo apartó los ojos de los papeles.

Petra apretó los labios y se animó a explicar:

—No llegué tarde, lo que pasa es que usted estaba recibiendo a la señorita Florencia y no quise interrumpir, así que preferí esperarlo en el área de trabajo.

Benjamín arrugó la frente y alzó la vista hacia ella. Sus ojos oscuros dejaban ver un destello de inconformidad.

Petra se quedó un poco sorprendida, repasando en su mente lo que acababa de decir. No encontraba nada fuera de lugar en sus palabras.

Incluso se había dirigido a él con total respeto.

Después de todo, ahora Benjamín era su jefe y ella debía mostrar humildad.

—¿Sucede algo, Sr. Benjamín?

Al ver que él solo la miraba en silencio, Petra preguntó suavemente.

—Nada —respondió él con voz seca, desviando la mirada.

Petra notó que no le daba instrucciones, ni le decía a qué área debía presentarse. Sin saber qué pensar, se animó a preguntar:

—¿En qué departamento debo presentarme, Sr. Benjamín?

En el fondo, estaba segura de que él la enviaría al departamento de planeación.

Así podría rodearse de gente talentosa y aprender más.

Petra siempre había creído que, al convivir con personas brillantes, uno también podía crecer.

Y cuando cumpliera con la condición que le había prometido a Benjamín y regresara al Grupo Calvo, podría aplicar todo lo aprendido.

Benjamín levantó la vista al notar la cara ilusionada de Petra. Su tono fue neutral.

—Vas a quedarte aquí.

Petra se quedó helada.

—¿Aquí?

Petra esperó con cortesía a que el gerente se sentara antes de ocupar su lugar.

Ya lo había visto antes, en el canal de finanzas.

Santiago, gerente de proyectos del Grupo Hurtado.

Si Benjamín pensaba enviarla al departamento de proyectos, ese hombre sería su jefe.

Así que debía comportarse con prudencia.

Benjamín echó una mirada a Petra, que se mostraba respetuosa y tranquila, y luego le habló a Santiago.

—Ella es la autora de la propuesta que te mostré ayer, Petra.

Al escuchar esto, Santiago se puso de pie de inmediato y tendió la mano hacia Petra.

—Mucho gusto, señorita Petra. Tu propuesta está excelente, impecable.

Benjamín, al presentarle a Santiago, solo mencionó el nombre.

—Santiago.

Petra se levantó al mismo tiempo que Santiago y estrechó su mano, manteniendo una sonrisa humilde y cordial.