La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 175

—Entonces mañana pido permiso en el trabajo y me quedo contigo en casa para atender a los invitados.

La familia Calvo llevaba un buen rato sin hacer reuniones en casa; apenas había empleados, y los pocos que estaban eran nuevos.

Petra no quería que Jimena se agotara demasiado, le preocupaba que su salud no aguantara tanto ajetreo.

—No hace falta.

Jimena ni lo pensó antes de rechazar su propuesta.

—Mañana igual ve a trabajar a Grupo Hurtado como siempre.

Petra, que ya tenía el celular en la mano lista para mandarle un mensaje a Benjamín pidiendo el día, se quedó congelada.

—¿Pero si mañana soy la protagonista? ¿Cómo no voy a estar en casa?

Jimena le lanzó una mirada, sus ojos tenían un brillo distante.

—La protagonista siempre tiene que hacerse notar, ¿o no?

—¿Quieres que haga mi entrada triunfal al final? —preguntó Petra, dudando.

Jimena la miró como si pensara que le faltaba algo de sentido común.

—Mañana temprano, Alejandro te lleva a Grupo Hurtado. Cuando salgas, te regresas con Benjamín en su carro.

Solo entonces Petra entendió.

Aunque ella era la protagonista del día, todo el plan era para que los invitados creyeran que Grupo Calvo y Grupo Hurtado ya se habían reconciliado y estaban colaborando en un nuevo proyecto.

Por eso, salir junto a Benjamín tendría el mayor impacto.

...

A la mañana siguiente, todo transcurrió tal como Jimena había planeado.

Alejandro llevó a Petra hasta la entrada de Grupo Hurtado y luego se fue.

Petra subió y se dirigió a su escritorio temporal.

Ese día llegó un poco antes de lo habitual, pero para su sorpresa, Benjamín ya estaba ahí.

—Buenos días, señor Benjamín.

Con una sonrisa amable, Petra saludó.

Benjamín ni levantó la cabeza.

Estaba tan molesta consigo misma que, en su prisa, cuando recogía el segundo pedazo, se distrajo un instante y un filo le cortó el dedo.

Enseguida brotó sangre.

El dolor punzante la hizo apretar los labios. Ni respiró fuerte, mucho menos fue a quejarse.

Aguantando la molestia, terminó de limpiar el desastre y se envolvió el dedo con una servilleta.

Por suerte, el dolor se fue pasando poco a poco.

Soltó el aire con alivio, sin atreverse a mirar hacia donde estaba Benjamín. Fingiéndose tranquila, siguió revisando los archivos.

Hasta que notó una sombra enorme sobre ella. Levantó la cabeza despacio.

Benjamín, que hacía nada estaba en la videollamada, ya estaba parado justo frente a ella.

No mostraba ninguna emoción; la miraba desde arriba, imponente.

Petra forzó una sonrisa, incómoda, y se disculpó en voz baja.

—Perdón, yo... No fue mi intención.