La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 21

El hombre tenía una expresión tan impasible que daba miedo. Sujetó la mano de Renata con fuerza y se la llevó fuera de la habitación sin decir palabra.

Al salir, Renata giró la cabeza para lanzarle a Petra una mirada repleta de desafío, como si le estuviera restregando su victoria en la cara.

...

La noche cayó y el silencio llenó la habitación de Petra, quien permanecía sola, observando la luna borrosa a través de la ventana, sumida en sus pensamientos.

Fue entonces cuando el celular vibró. Era una llamada de Jimena.

—¿Ya te sientes mejor?

Petra se quedó en blanco un segundo. Ella no le había contado a su hermana nada sobre su hospitalización. Supuso que seguramente Benjamín le había pasado el chisme. Apretó el celular con la mano, sintiendo la incomodidad crecer en su pecho.

—Ya no me duele tanto —respondió, aunque la vergüenza seguía pesando más que cualquier malestar físico.

Jimena solo respondió con un leve —Ajá—, sin un ápice de calidez en la voz, como si estuviera hablando con una extraña.

—Escuché por Belinda que piensas vender tus acciones de Nexus Dynamics pronto. Benjamín abrió una sucursal del Grupo Hurtado en Santa Lucía de los Altos, y está interesado en comprar Nexus Dynamics para usarla como trampolín.

Petra comprendió de inmediato: si su empresa servía de trampolín, tarde o temprano sería absorbida por la filial de Grupo Hurtado y dejaría de existir. Siete años de su vida dedicados a Nexus Dynamics... La duda se le clavó en el alma.

Jimena no la presionó. Solo agregó, con ese tono neutral que no permitía discutir:

—Benjamín va a estar en Santa Lucía de los Altos estas dos semanas. Si tomas una decisión, búscalo directamente. Él nunca escatima, así que cuando pidas precio, puedes subirle un poco si quieres.

Terminó la frase y colgó sin más, sin darle espacio a Petra para decir nada.

Petra se quedó mirando el celular, sumida en el silencio.

Fue entonces cuando Joaquín, que no le había escrito en todo el día, apareció con un mensaje corto:

[Estoy en la oficina, tengo que quedarme a trabajar.]

Ese hombre, que antes se angustiaba si ella se cortaba el dedo o se raspaba la rodilla, ahora solo le lanzaba unas pocas palabras sin alma, como si no le importara en lo más mínimo.

Petra leyó el mensaje y ni se molestó en contestar.

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