La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 215

¿Palabras impulsivas?

En realidad, Petra no sentía ni un poco de enojo.

—Estoy hablando en serio —dijo Petra, mirando fijamente.

Apenas terminó de hablar, el celular vibró: era una llamada de Leo.

—Señorita Calvo, el carro está en perfectas condiciones, Renata no hizo ninguna trampa.

—Bien —respondió Petra, guardando el celular. Solo entonces se dio la vuelta, abrió la puerta y se subió al carro con total tranquilidad.

Encendió el motor y, tras salir del estacionamiento, condujo directo hasta detenerse justo frente a Renata.

Renata, sostenida por los de seguridad, se quedó muda al ver el carro de Petra. Por un instante, hasta se le olvidó seguir gritando insultos.

Petra bajó la ventana y le lanzó una sonrisa cargada de ironía.

—Si viniste a Nexus Dynamics para molestarlo a él, hazlo. Pero si vienes a fastidiarme a mí, olvídalo.

Apenas terminó de hablar, arrancó el carro y se fue, dejando atrás a Renata y los ojos atónitos de Joaquín.

Leandro, que había llegado manejando su propio carro y lo había estacionado justo al lado de Petra, vio que ella se marchaba. Así que ya no detuvo a Joaquín, solo se subió a su carro y encendió el motor.

Pero antes de irse, Leandro también detuvo su carro frente a Renata y le habló desde la ventanilla.

—¿Escuchaste bien lo que acaba de decir la señorita Calvo?

Renata apretó los labios con fuerza. Su cara lucía pálida, casi enferma, como si en cualquier momento fuera a desmayarse.

Leandro no la presionó más. Sin darle importancia a la mirada asesina de Joaquín, se marchó.

—Señor Joaquín, nos llevamos a la señora —dijo uno de los de seguridad, viendo la expresión de fastidio en el rostro de Joaquín, y a punto de arrastrar a Renata fuera del área.

Renata empezó a forcejear con desesperación.

—¡Joaquín! ¡No me hagas esto! Dijiste que me protegerías, que tú...

Joaquín arrugó el entrecejo, su mirada tan dura que parecía congelar el ambiente.

—Déjenla.

Al escuchar la orden, los de seguridad soltaron a Renata y se mostraron de inmediato muy respetuosos.

—Entonces, señor Joaquín, nos retiramos. Si necesita algo, solo avísenos.

Tanto Petra como Joaquín les imponían respeto. Mejor se alejaban rápido de ese lugar lleno de tensión.