Petra se quedó pasmada unos minutos y luego, sin atreverse a lastimarse, se dio un golpecito suave en la boca.
¿Será que Benjamín se molestó?
Tan solo de pensar que Benjamín podía romper el acuerdo en cualquier momento y dejarla fuera de la fiesta de compromiso de la familia Ruiz, Petra se arrepintió en serio.
No debió haberle contestado así.
Cayó la tarde y Petra seguía sin recibir ninguna noticia de Benjamín, ni una sola indicación de que la fuera a llevar al aeropuerto. Después de darle muchas vueltas al asunto, no le quedó de otra más que llamar a Nico, el chofer de Benjamín.
Nico le había prometido que se encargaría de que ella subiera al mismo vuelo que Benjamín rumbo a San Miguel Antiguo.
Apenas marcó, Nico contestó casi de inmediato.
—Nico, oye, lo que me prometiste anoche… ¿te acuerdas? Lo de regresar juntos a San Miguel Antiguo.
No se atrevió a confesar que tal vez había hecho enojar a Benjamín.
Nico no tardó en responderle.
—Claro que me acuerdo, señorita Petra, no se preocupe. El boleto lo compré desde hace dos días, el señor Benjamín me pidió que lo hiciera. Su junta termina en unos minutos, cuando salga yo mismo paso por usted.
—¿Desde hace dos días? —repitió Petra, sorprendida.
Entonces, ¿anoche Nico solo le dio largas para no tener que lidiar con Benjamín borracho?
Hubo un silencio incómodo y Nico se quedó callado un momento, dándose cuenta de que había metido la pata. Se le escapó una risilla incómoda.
—Pues... era para que usted y el señor Benjamín pudieran convivir un poco más, ¿no? Creo que ya se habrá dado cuenta, el señor Benjamín siente algo por usted...
Petra no lo dejó terminar.
—El señor Benjamín me ha ayudado muchísimo, siempre le voy a estar agradecida, Nico. Bueno, tengo que hacer unas cosas aquí, luego hablamos.
Colgó apresurada, respiró hondo varias veces para calmarse y, buscando despejar su cabeza, agarró los papeles sobre el escritorio y se dio unos golpecitos en la frente.
Cuando logró tranquilizarse, soltó el aire de golpe, se levantó y salió a la zona de trabajo para dar indicaciones a su equipo.
Necesitaba dejar todo en orden porque al menos estaría tres días fuera en San Miguel Antiguo. No podía dejar cabos sueltos.
En ese momento, justo cuando terminaba de organizarlo todo, Benjamín la llamó.
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