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La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 325

Petra notó que él no tenía ninguna intención de prestarle atención, así que apartó la mirada y decidió guardar silencio. Si seguía insistiendo en hablar sobre el proyecto, seguramente terminaría fastidiándolo, así que prefirió quedarse callada y sentarse tranquila a un lado.

El viaje en carro transcurrió en absoluto silencio. No fue hasta que el chofer detuvo el vehículo frente a la casa de la familia Calvo que Petra se atrevió a mirar de reojo al hombre que tenía a su lado. Él seguía con los ojos cerrados; no podía saber si estaba dormido de verdad o solo fingía. Por educación, Petra se animó a saludar:

—Sr. Benjamín, ya llegué a casa.

Benjamín abrió los ojos apenas escuchó su voz. Sus pupilas oscuras y profundas se posaron en ella, reflejando un tipo de emoción que Petra no logró descifrar.

Ella apretó los labios y, sin agregar nada más, se inclinó para bajar del carro. Pero justo en ese momento, Benjamín, que parecía decidido a no hablar, le sujetó la muñeca con firmeza y, con voz baja y seria, soltó:

—Mañana temprano, regresas a Santa Lucía de los Altos.

Petra asintió de inmediato.

—Está bien.

En realidad, ella ya había pensado regresar a Santa Lucía de los Altos al día siguiente, así que no le sorprendió la instrucción.

Benjamín le dio una última mirada intensa y luego apartó la vista. Petra cerró la puerta. El chofer arrancó el carro apenas ella se alejó. Petra se quedó de pie en la banqueta, observando cómo el carro se alejaba y desaparecía de su campo de visión. Solo entonces bajó la mirada hacia su propia mano, recordando por un instante la escena en la sala de juegos cuando Benjamín la había tomado de la mano. Respiró hondo, tratando de calmar los latidos acelerados en su pecho, y finalmente se dio la vuelta para entrar a la casa Calvo.

Jimena no había ido a la oficina ese día; en su lugar, trabajaba desde casa. Cuando Petra entró a la sala, justo vio a la asistente de Jimena salir del estudio apresurada, pero aun así le dedicó un saludo respetuoso antes de marcharse.

Petra tocó la puerta del despacho y entró. Jimena estaba revisando unos documentos sobre el escritorio. Al verla, levantó la vista apenas un momento antes de regresar la atención a sus papeles.

—¿Ya volviste?

Petra dudó brevemente y se acercó, hablando en voz baja.

—Hermana, ¿no piensas preguntarme dónde estuve anoche?

Jimena ni se inmutó.

—¿No estabas con Benjamín?

Capítulo 325 1

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