La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 383

Joaquín miró los pedazos en el suelo, sin decir palabra, simplemente se quedó ahí parado, completamente ido.

Leandro lo soltó y Joaquín se agachó de inmediato, recogiendo con cuidado el pequeño adorno de cerámica ya hecho trizas. Al levantar la vista, su mirada estaba llena de decepción y dolor mientras observaba a Petra.

—Petra, aunque ahora haya cometido un error, tú sabes muy bien cómo fui contigo en esos primeros años cuando empezamos. ¿Por qué quieres borrar todo lo bueno que tuvimos solo por lo que hice ahora?

¿Que aunque ahora haya cometido un error?

Petra soltó una risa seca y aunque sus labios esbozaban una mueca, no se dejó afectar por las palabras de Joaquín. Alzó la vista hacia los demás empleados presentes.

—Sigan buscando.

Joaquín parecía desesperado por distraerla, probablemente porque en su oficina quedaban más cosas que podrían perjudicarlo.

Frunciendo el ceño, Joaquín se apoyó en el librero, clavando la mirada en Petra, con los ojos llenos de resentimiento.

—Petra, qué corazón tan duro tienes.

Petra apenas le dedicó una mirada antes de responderle, con voz cortante.

—Joaquín, yo solo tengo el corazón duro. Tú, en cambio, das asco.

Joaquín la miró fijamente, y la inquietud que trataba de esconder empezaba a notarse en sus ojos.

El personal revisaba cada rincón con meticulosidad, sin dejar escapar ningún detalle, pero tampoco encontraron nada relevante en la oficina de Joaquín.

Poco a poco, la actitud de Joaquín pasó de la ansiedad a una calma absoluta. Se acomodó en su silla, con una seguridad que parecía inexplicable.

—Petra, ya te lo dije: jamás haría nada que perjudique a Nexus Dynamics. Puedes mandar a todo el personal que quieras a revisar mi oficina, pero no vas a encontrar ni una sola prueba.

Sentado, la miró a los ojos.

—Ahora, con esta búsqueda que hiciste delante de todos, la noticia ya corrió por toda la empresa. Espero que en la próxima reunión anual, frente a todos los empleados, me pidas una disculpa.

El entrecejo de Petra se marcó aún más al ver a Joaquín tan tranquilo y seguro de sí mismo. Eso solo logró encender su propia determinación.

—Está bien.