Era bien sabido que, en su juventud, la señora Ruiz había sido la mejor amiga de la madre biológica de Benjamín, así que era normal que no le agradara Frida.
Sin embargo, Belén ya llevaba muchos años muerta.
Frida había criado a Benjamín y, fuera como fuera, la familia Pineda debía estarle agradecida.
Sin Frida, era muy probable que Paulo se hubiera casado con Tamara hace mucho tiempo, convirtiéndola en la nueva señora Hurtado.
Y si Tamara hubiera sido la señora Hurtado, la vida de Benjamín no habría sido tan fácil.
Quién sabe quién estaría al mando del Grupo Hurtado ahora.
Al escuchar semejantes comentarios, Belinda se giró bruscamente.
Pero en ese instante, Petra la sujetó del brazo.
—Belinda.
Mientras hablaba, negó suavemente con la cabeza.
Belinda respiró hondo, sin más remedio que contenerse.
Sin embargo, su mirada hostil no pasó desapercibida para la señora Guzmán.
La señora Guzmán se dio la vuelta y, al ver a Belinda y a Petra, un atisbo de confusión apareció en sus ojos. Luego, al recordar quién era Belinda, la saludó con una sonrisa.
—Señorita Belinda, cuánto tiempo sin verla.
A Belinda no le caía nada bien esa mujer chismosa, así que, como si no la hubiera escuchado, siguió de largo sin más.
La señora Guzmán observó la espalda de Belinda con una evidente molestia en la mirada.
Fue una de las damas a su lado la que preguntó:
—La que va con la señorita Belinda, ¿por qué se me hace tan familiar?
—Es la chica que estaba recibiendo a la gente en la entrada —respondió la señora Guzmán.
La señora Ruiz echó un vistazo a la espalda de Petra y dijo con indiferencia:
—Es la señorita Petra Calvo. Se parece mucho a su hermana.
Al oír las palabras de la señora Ruiz, las demás cayeron en la cuenta.
—Con razón se me hacía tan conocida.
—La familia Calvo sí que ha decaído. La señorita Petra Calvo, trabajando como asistente de Benjamín en la empresa de los Hurtado.
«¿Qué tiene de bueno Franco?», pensó. «Mi hijo Ramiro es mucho mejor».
Si no fuera porque Jimena se casó con Federico, ella sí que habría luchado por tenerla como nuera.
Pero qué lástima que la siguiente noticia que tuvo de Jimena fue que se había casado de la noche a la mañana con el heredero de Santa Brisa.
La familia Núñez de Santa Brisa sí que tenía buen ojo.
La familia Ruiz llevaba años en decadencia, todo por su visión tan limitada.
Simplemente tuvieron la suerte de estar en el lugar correcto en el momento adecuado, aprovechando el auge de la época.
Tanto la familia Aguirre como la familia Ruiz estaban siendo superadas por la familia Ferrer.
En menos de dos años, era muy probable que los Ferrer ocuparan un lugar entre las cuatro grandes familias de San Miguel Antiguo.
Por eso Belinda podía permitirse ignorar a la señora Guzmán de esa manera.
Y a pesar de la grosería de la joven, la señora Guzmán no se atrevía a decir nada.
Después de todo, todo el mundo había visto el increíble impulso que la familia Ferrer había tomado en los últimos años.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda
Me gustaría saber cuántos capítulos faltan y cuando los publicará...