La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 685

Petra no esperaba que Benjamín dijera algo así delante del chofer, y un rubor de vergüenza le tiñó las mejillas.

Rápidamente cerró la puerta del carro y respondió en voz baja:

—Ya, ya entendí.

Benjamín, al ver sus mejillas sonrojadas y su mirada nerviosa, sonrió levemente.

—Entra ya a la casa, está empezando a hacer viento.

Petra asintió y se dio la vuelta para entrar.

Dio un par de pasos y se giró.

Benjamín no le había dicho al chofer que se fuera; el carro seguía detenido en el mismo lugar.

Cuando Petra se giró, su mirada se cruzó con la de Benjamín.

Sintió una punzada en el corazón, apartó la vista rápidamente, se dio la vuelta y aceleró el paso para entrar a la casa.

No fue hasta que entró al patio que escuchó el motor del carro alejándose.

Petra respiró hondo para calmarse y entró a la casa.

Al recordar la explicación de Benjamín y su propuesta de añadir su nombre junto al suyo en el registro de la familia Hurtado, su corazón todavía latía desbocado.

Entró en la sala y, al ver un par de tacones de mujer de una marca famosa, último modelo, en la entrada, la sonrisa que aún no había desaparecido de sus labios se borró por completo.

Petra levantó la vista hacia el interior de la casa y vio a Frida sentada en el sofá, hojeando una de las antologías de joyería que a Petra más le gustaba leer.

En la estantería de Benjamín, había una sección entera dedicada a antologías de diseño de joyas.

A ella, cuando tenía tiempo libre, también le gustaba hojearlas.

Frida, al ver entrar a Petra, la miró y le dedicó una sonrisa educada pero distante.

—¿No trabajas esta tarde?

Petra asintió levemente y, después de cambiarse a unas pantuflas, entró en la casa.

Frida cerró el libro que tenía en las manos, esbozó una leve sonrisa y dijo: