Benjamín miró la hora.
Había estado ocupado desde la noche anterior y aún no había comido. Sin embargo, con tantas cosas en la cabeza, no sentía hambre.
—Tengo mucho trabajo en la oficina, no voy a ir.
—Ve tú.
Al ver que Benjamín la rechazaba sin pensarlo dos veces, Josefina frunció los labios y dijo en voz baja:
—De acuerdo. Le avisaré a mi mamá que no vamos a ir a comer.
Dicho esto, bajó la cabeza para enviarle un mensaje a Frida.
Pero antes de que pudiera enviarlo, la voz grave de Benjamín volvió a sonar.
—Tú sí vas.
Josefina se detuvo. Una sombra de confusión cruzó por sus ojos mientras apretaba el celular con más fuerza.
—¿Voy yo sola? —preguntó, insegura.
Benjamín asintió con un simple «ajá», sin añadir nada más.
Josefina se mordió el labio, respiró hondo y se giró para mirarlo.
—El proyecto del Grupo Hurtado tuvo este problema, así que hoy seguro habrá mucho trabajo en la oficina. Me gustaría quedarme a ayudar…
Apenas terminó de hablar, Baltasar intervino sin ninguna delicadeza.
—Precisamente porque hoy la empresa va a estar hasta el tope de trabajo, nadie va a tener tiempo para andar enseñándote, que eres nueva.
—Josefina, mejor vete a casa. Cuando todo esto se calme, ya podrás venir a la oficina.
Baltasar asumió que Josefina solo quería aprovechar la oportunidad para destacar.
Lo que no sabía era que, en momentos de tanto ajetreo, era cuando los novatos como ella tenían más probabilidades de cometer errores.
Y Benjamín, cuando se trataba de trabajo, solía ser extremadamente estricto.
Si ella cometía un error, solo conseguiría molestarlo.


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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda
Me gustaría saber cuántos capítulos faltan y cuando los publicará...