Josefina no se atrevía a decir nada; se limitaba a comer con la cabeza gacha, muy modosita.
Germán no tenía mucho apetito. Después de un par de bocados, dejó los cubiertos y se levantó para irse.
Al llegar a la puerta del comedor, se detuvo, le echó un vistazo a Josefina y dijo con voz grave:
—Si no mal recuerdo, anoche dije claramente que no fueran a estorbar al lugar de los hechos, ¿o me equivoco?
Al oírlo, la mano de Josefina se aferró con más fuerza al tenedor.
Frida se apresuró a intervenir.
—Señor, Josefina está por empezar a trabajar en el Grupo Hurtado. Quería que se fuera familiarizando, por eso la llevé conmigo.
—Además, no le causó ningún problema a Benjamín. Solo estuvo a un lado, ayudando discretamente con cosas sencillas.
Germán le lanzó una mirada indiferente a Frida y dijo con frialdad:
—¿De verdad crees que ya estoy viejo y no me doy cuenta de nada?
El comentario de Germán la dejó sin aliento. Frida bajó la cabeza de inmediato, sin atreverse siquiera a respirar.
Por suerte, Germán no insistió y simplemente salió del comedor.
Josefina se quedó sentada, apretando el tenedor con todas sus fuerzas. Solo cuando Germán se hubo alejado, soltó un suspiro de alivio y levantó la vista hacia su madre.
Frida le puso una mano en el hombro para tranquilizarla.
—No tengas miedo.
—El señor solo está molesto porque actuamos por nuestra cuenta.
Josefina asintió y murmuró:
—Mamá, en cuanto empiece a ganar dinero, te juro que voy a comprar una casa afuera para que te mudes.
Frida sonrió al escuchar las palabras de su hija.
—Tengo dinero, hija.
Simplemente, no quería irse de ahí.
Aunque durante todos estos años su matrimonio con Paulo Hurtado había sido solo de nombre, la familia Hurtado nunca le había escatimado nada en cuanto a lujos y comodidades.
Tenía dinero para comprar una casa, pero no quería.
Vivir tantos años en esa mansión había sembrado en ella una obsesión: quería convertirse en la verdadera dueña de ese lugar.
Germán ya era un hombre mayor. Había esperado tanto tiempo que ya no le quedaba mucho por aguantar.
***
En el restaurante.


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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda
Me gustaría saber cuántos capítulos faltan y cuando los publicará...