Entrar Via

La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 81

Simón organizó una cena para celebrar a Joaquín, armó tremendo convivio y reunió a varios de sus compadres y amigos de siempre.

Cuando Joaquín llegó, el ambiente ya estaba bastante animado y todos estaban dándole duro a las copas.

Al verlo llegar solo, varios no pudieron evitar preguntar.

—¿Y la señora?

La mirada de Joaquín se volvió oscura, y por un instante se notó su molestia.

—No vino.

Simón, siempre el alma del grupo, se acercó rápido a saludarlo y, entre carcajadas, le contestó al que preguntó:

—A ver, aclara, ¿de cuál señora hablas? ¿La de siempre o la nueva?

Eso desató las risas de todos.

Simón aprovechó para seguir bromeando.

—La señora mayor nunca nos ha tragado, la neta. A este tipo de reuniones ni loca se aparece. Si viniera, seguro hasta nos haría mala cara y ninguno estaría a gusto. Pero si viene la más joven, ahí sí todos felices.

Joaquín le lanzó una mirada que claramente decía que estaba cruzando la línea.

—Cállate.

Simón, en tono de broma, se tapó la boca.

—Ya, ya, me paso. Al rato me echo tres copas de castigo.

Pero, como de costumbre, no pudo quedarse callado y siguió hablando.

—Aunque tampoco estoy diciendo mentiras. La señora tiene un carácter que solo tú aguantas, Joaquín.

El gesto de Joaquín se endureció.

—Si sigues hablando así de ella, no te quejes si un día dejo de considerarte mi amigo, Simón.

Simón se encogió de hombros, sin ganas de seguir discutiendo.

Sin darle más importancia, Joaquín fue a sentarse. El resto de los amigos se acercaron a brindarle, todos echándole flores y halagándolo.

Joaquín, por supuesto, disfrutaba el centro de atención.

Después de varias rondas, con la voz más grave, soltó:

—Después de hoy, probablemente no tenga tiempo para juntarme con ustedes.

Nadie se sorprendió, todos dijeron que lo entendían.

Petra, sin dudar, extendió la mano y detuvo la puerta, entrando al salón de inmediato.

—Yo también quiero escuchar, señor Simón. ¿Cómo es que piensa darme una lección?

Se cruzó de brazos y se apoyó relajada en el marco de la puerta, con una sonrisa misteriosa y una mirada que helaba a cualquiera.

Al verla, todos los presentes sintieron un escalofrío. Bajaron la cabeza, fingiendo estar ocupados sirviéndose comida.

Simón se quedó paralizado, tartamudeando.

—Señora... yo, la verdad, ya ando medio pasado de copas. Puras tonterías.

Joaquín frunció el ceño y le lanzó una mirada fulminante, luego se levantó y se fue directo hacia Petra.

—Petra, ¿qué haces aquí?

Intentó tomarle la mano, pero Petra se la quitó de inmediato, dándole un golpe suave en la muñeca.

—Si no hubiera venido, ¿cómo me habría enterado de que mi futuro esposo está pidiendo consejos de cómo “darme una lección” a sus amigos?

Joaquín apretó los labios, molesto.

Frente a los socios, él era capaz de aguantar cualquier cosa, incluso si Petra lo desprestigiaba. Pero ante estos amigos, no iba a permitir que lo humillara tan fácil.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda