La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 839

Germán frunció el ceño, la miró de reojo y dijo con voz fría:

—¿Y tú qué ayuda podrías ofrecer? Ante los problemas, solo sabes lloriquear. Si vas, solo serás un estorbo.

—Mira a Petra, desde que ocurrió todo esto, ha estado mucho más serena que tú.

Frida se secaba las lágrimas solo para que Germán viera cuánto le importaba Benjamín, pero no esperaba que, en lugar de eso, la regañara.

Se mordió el labio y bajó la vista hacia Petra, quien estaba sentada tranquilamente en el sofá, con una expresión impasible.

Frida movió los labios, queriendo decir algo, pero al ver la cara de disgusto de Germán, finalmente se tragó las palabras.

Baltasar, al escuchar que Petra quería ir, intentó disuadirla oportunamente.

—Cuñada, hay mucho trabajo en la empresa en estos momentos. Si vas, no podrás ayudar mucho. ¿Por qué no te quedas en San Miguel Antiguo y me ayudas a mí con algunas cosas?

—Yo…

Petra negó con la cabeza, rechazando la propuesta de Baltasar.

—Al final de cuentas, no soy una empleada formal del Grupo Hurtado. Si me quedo en la empresa, solo podré encargarme de asuntos menores. La situación de Benjamín es incierta en este momento. Pase lo que pase, tengo que ir.

—Somos marido y mujer. Si yo no voy, me temo que…

Mientras hablaba, Petra levantó la vista hacia Germán y dijo en voz baja:

—Abuelo, usted debería entender cómo me siento, ¿verdad?

Germán percibió algo más en la mirada decidida de Petra. Tras un momento de silencio, asintió.

—Está bien.

—Baltasar, resérvale a tu cuñada un vuelo al Estado de Chavín de inmediato.

Baltasar se sorprendió de que Germán aceptara tan fácilmente y balbuceó:

—Abuelo…

Germán lo miró con una expresión gélida. Baltasar no se atrevió a decir nada más y sacó su celular para comprarle el boleto a Petra.

Al ver esto, Frida dijo apresuradamente: