La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 845

Justo cuando Petra se disponía a colgar, la voz de Frida, entrecortada por el llanto, volvió a sonar.

—Petra, dile la verdad a tu tía, a Benjamín de verdad le pasó algo, ¿cierto?

Petra respiró hondo y guardó silencio unos segundos antes de responder.

—Sí.

Para que el plan de Benjamín tuviera éxito, no le quedaba más remedio que mentirle a Frida.

Pero al ocultarle la verdad, Petra podía jurar que no lo hacía con la más mínima intención de vengarse por cómo Frida la había tratado antes.

Después de todo, en este asunto, ambas partían del mismo punto.

Al otro lado de la línea, Frida se quedó en silencio por unos segundos tras escuchar la respuesta de Petra, y luego estalló en un llanto desconsolado.

Petra frunció los labios y colgó la llamada en silencio.

Después de ese día.

Frida no volvió a llamar a Petra.

Quien sí llegó al Estado de Chavín fue Rebeca.

Cuando Petra vio a Rebeca en la puerta de la habitación de hospital de Benjamín, un destello de sorpresa cruzó por sus ojos.

Había pensado que Benjamín probablemente elegiría ocultárselo también a Rebeca.

Después de todo, ya se lo había ocultado a Frida.

Sin embargo, cuando Rebeca entró en la habitación y vio a Benjamín recostado tranquilamente en la cama, no mostró ninguna sorpresa. Al contrario, se sentó en un sofá a un lado, encontró una postura cómoda y se puso a platicar con él como si nada.

Petra arqueó una ceja al ver que Rebeca parecía saber desde el principio que Benjamín estaba bien.

Tras sentarse, Rebeca tomó una revista que estaba junto al sofá y la hojeó distraídamente.

—Cuando el abuelo se enteró de tu accidente, por poco y se viene para acá de inmediato.

Al oír esto, Benjamín dijo con voz grave.

—Hace dos días, el abuelo llamó para saber cómo estaba, ¿no le pedí a alguien que le diera una pista?

La pista que Benjamín había filtrado era muy sutil, pero con la inteligencia de Agustín, seguro que habría notado que algo no cuadraba.

Rebeca emitió un suave «ajá» y luego añadió.

—Ese día fue mi tía quien fue a la familia Pineda a preguntar por ti.