—Benjamín, no tenía idea de que se comportaba así cuando salía. No te preocupes, le daré una buena lección.
Benjamín no respondió. Acto seguido, arrojó una factura sobre la mesa.
El contenido de la factura detallaba el dinero que Rafael había perdido en el casino en los últimos años.
Cuando Paulo vio la factura, tuvo un mal presentimiento.
Durante años, había deseado que Rafael se centrara en asuntos serios, así que, aunque lo consentía más que a otros, nunca le daba demasiado dinero suelto.
No se imaginaba que Rafael hubiera perdido una suma tan enorme afuera durante todos esos años.
Entonces, ¿de dónde salió ese dinero?
Paulo miró los proyectos que tenía delante y lo entendió todo.
Se levantó de un salto de la silla, mirando fijamente a Rafael.
Rafael respiró hondo, levantó la cabeza y, justo cuando iba a hablar, Paulo, sin mediar palabra, le soltó una bofetada en la cara.
—¡Te pego por ser un bueno para nada! Te encargué que te hicieras cargo de los proyectos estos años, ¡y mira en qué andabas metido!
»¡A ver si no te mato a golpes hoy!
»Menos mal que fue tu hermano mayor quien descubrió esto. Si se hubiera enterado un extraño, te habrías metido en un problema muy gordo.
Con estas palabras, Paulo intentaba recordarle a Benjamín que, pasara lo que pasara, seguían siendo una familia.
Si Rafael no se metía en problemas, él encontraría la manera de devolver a Benjamín a su antiguo puesto.
Sin embargo, tras escuchar a Paulo, Benjamín respondió con un tono indiferente y despreocupado.
—Ahora que yo descubrí estos problemas, los que tendrá serán aún peores.
Al oír esto, la expresión de Paulo se volvió extraña.
Tamara, aún más nerviosa, miró a Paulo. Al ver que este tenía la intención de volver a golpear a Rafael, lo detuvo de inmediato.

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Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda
Me gustaría saber cuántos capítulos faltan y cuando los publicará...