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“QUE DIOS TE GUARDE Y NO RECUERDE DÓNDE… “
¡Esto es una desgracia!
Aarón intenta alzar la voz para buscar intimidarme, pero como puedo me subo a una de las sillas de la mesa para poder quedar a mayor altura que él. Maribel, Bárbara y Harold sueltan a reír por mi acción infantil; pero sentía que de cierta forma no podía dejar amedrentarme de ese bastardo gilipollas.
Mi hermanastro mide casi un metro con noventa contra mis muchos centímetros de diferencia, mi madre era una mujer pequeña, así que había no solo heredado su belleza sino también su pequeñez. Papá tuvo que dejar la copa de brandy a un lado para poder tomar el control de la situación y cuando les digo control me refiero a la botella de borbón que tengo en la mano a punto de partir en miles de pedazos gracias a la cabeza dura de Aarón Sullivan.
—¡Por Dios, Romina Western! —tiré de la botella para que no me la quitara, pero Harold ejerció más fuerza con la cara llena de vergüenza, y es que sentía que no era para tanto, ¿Qué iba a suceder si el hijo de la novia llegaba con el cráneo partido en dos en el día de su boda? ¡Nada!
—¡Él empezó! —Lo señalé como una niña pequeña, —¿Por qué defiendes a ese psicópata en vez de tu hija? ¿Tan perfecto te parece un hijo que no es tuyo?
Aarón borró todo rastro de diversión en su rostro y volvió a sentarse de golpe y es que lo he jodido todo, Sullivan creció con el abandono de su padre. Al parecer eso lo volvió un chico reservado y un poco violento, ¡Que digo un poco! Demasiado violento, pero lo único en lo que sí estaba segura es que jamás deberían hacer enojar a este troglodita y yo ya había pasado los límites.
Ya puedo sentir el formol sobre mi cadáver…
—Es cierto…—Declaró mi hermanastro tomando la mano de Maribel, —¿quién querría llevar la misma sangre que una mosca muerta y sin gracia como tú? —Eso… Eso me dolió—Por mí no hay problema con que nuestros padres se casen, pero creo que tú y yo jamás podremos llevarnos bien…
Papá tiró la servilleta que sostenía sobre sus piernas sobre la mesa con agresividad entre tanto la señora Sullivan se tapaba la cara con sus manos y desde aquí podía observar cómo su cuerpo vibraba.
—Pídele disculpas a Aarón ahora, Mina—. Abrí los ojos sorprendida.
—¿Por qué?
Me defendí, pero esto hizo que el rostro de papá se tornara rojo de la ira, sabía cuándo odiaba mi padre que le llevaran la contaría, pero en este caso no estaba dispuesta a dar mi brazo a torcer.
—¡Hazlo ahora! —Gritó y miré a Sullivan de soslayo el cual sonría como si se hubiese ganando la lotería—Mañana seremos una familia, Romina, no lo arruines…
“¿No lo arruines?”
Aarón Sullivan, que Dios te guarde y no recuerde dónde…
—Yo…—mi voz se rompió al ver la cara llena de gozo de mi maldito hermanastro así que sonreí mostrando los dientes ampliamente—Yo lo haré…—Papá se relajó mientras que el pelinegro levantó sus hombros tomando una posición autoritaria y dignidad—Yo realmente lo siento…—Sus ojos oscuros me observaron alegres—Lo siento…—Aarón metió de nuevo la mano entre la falda de su acompañante sin que Harold se diera cuenta—Pero le pediré disculpas cuando me muera…
Bárbara dejó caer el cubierto que sostenía aferrado en su mano sobre el suelo, papá se levantó gritando con fuerza la vergüenza que le hice pasar mientras que chico de mirada oscura me observaba como si quisiese torturarme de por vida.
Como pude me levanté de la silla y caminé con mi bolsa entre mis manos temblorosas hacia la salida. Apenas el aire caliente de esta noche de verano golpeó mi rostro no pude evitar sonreír victoriosa.
¡No me dejé de Bobbie mucho menos de ti, pendejo!
—¿Pendejo?
Una voz masculina me hizo saltar y deseé morir de verdad al ver a Samuel en la entrada del restaurante y lo peor fue que escuchó cada una de mis palabras. ¡Hoy no es mi día!
—Yo…—¡Aquí la única pendeja eres tú, grandísima idiota! —¿Qué haces aquí? —Pregunté con un tono de voz severo, y es que odiaban esto de mí, cada vez que estaba bajo presión o me sentía intimidada o nerviosa actuaba de esta forma tan grosera que las personas a mi alrededor en algunas ocasiones solían alejarse pensando que era una completa hija de perra.
—Te estaba esperando, tu hermanastro es un poco…
Sonreí asintiendo y bajando la mirada hacia los pies de Samuel, ¡Dios! ¿Notará que tengo las mejillas calientes?
—Solo es así para molestarme…—Agregué un poco dudosa de las cosas que estaba diciendo—¿Por qué sigues aquí? Digo… ¿Por qué estás esperando?
Samuel metió su mano dentro de la maleta de cuero para acto seguido sacar un esfero negro y caminar con presión hacia mí, sus hombros se veían mucho más anchos de cerca mientras que su rostro pálido tenía un ligero rubor sobre sus mejillas.
—¿Podrías darme tu número?
El hombre delante de mí, abrió la palma de su mano para que anotará mi teléfono sobre su delicada piel—Cla…Claro…—Brinqué al sentir sus dedos echar un mechón grueso de mi cabello hacia detrás de mi oreja derecha.
—Para que veas mejor…—¡Adorable! ¡Samuel es demasiado adorable! —No pudiste decirme tu nombre por culpa de tu hermanastro, ¿Ahora si lo harás o me lo dirás en nuestra primera cita?
—¿Cita?
El resplandor de Samuel oscureció—Oh… Creí que…—el rubio pasó sus manos por su rostro con algo de frustración—Creí que podíamos conocernos, pero creo que entendí mal…
Ambos nos quedamos viendo, pero no pude aguantar y rompí el silencio con mis carcajadas—¡Vale, vale! Te diré mi nombre en nuestra primera cita. —Anoté mi teléfono en su mano mientras que Samuel no dejaba de observarme—Fue un gusto conocerte, Samuel.
La respiración de mi hermanastro estaba entre cortada, sus hombros subían y bajaban por la intensidad que envolvían su cuerpo. Sabía que sus palabras eran ciertas, no conocía a Samuel y aunque no tenía pensando llevarlo al matrimonio de nuestros padres; al menos era divertido ver a Aarón completamente enojado.
—¡No puedes evitar que salga con él! —Mi garganta ardió por mis gritos—¡Saldré con Samuel y ni tú ni nadie podrá evitarlo… ¡¿Qué haces?!—Me alteré al sentir a mi hermanastro encima de mí, Aarón me arrancó el bolso que reposaba sobre mi hombro para luego abrirlo y tirar todas mis cosas al suelo, incluyendo mi teléfono.
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