Capítulo 145
En el aeropuerto.
Amelia salió apresurada del puente aéreo del avión, mientras encendía su celular y se dirigía rápidamente hacia la zona de recogida de equipaje.
Antes de llegar al carrusel de maletas, su teléfono ya había completado el arranque y los mensajes comenzaron a llegar uno tras otro.
La mayoría eran de Frida, junto con decenas de recordatorios de llamadas perdidas.
Los mensajes de texto empezaban con “¿Ya llegaste a Arbolada? y poco a poco se transformaban en “¿Por qué tu teléfono sigue apagado? Meli, cuando veas este mensaje, llámame urgente”, mostrando su preocupación.
Ella echó un vistazo y rápidamente devolvió la llamada a Frida con una videollamada.
Cuando se conectó la llamada, su amiga casi rompe a llorar: “Por fin respondes. ¿Qué te tomó tanto tiempo? ¿Le pasó algo al avión? Me tenías muerta de preocupación.
“Tranquila, fue solo el clima, el vuelo se retrasó un poco al despegar, explicó Amelia con voz calmada, y luego nos tocó una tormenta eléctrica en la escala, el avión tuvo que dar vueltas sin poder aterrizar, se retrasó un poco más Ya estoy en Arbolada, no te preocupes
*Me alegra que estés bien, Frida suspiró aliviada, “cuando te instales llama de nuevo, ten cuidado.”
“Vale”, respondió ella asintiendo, preguntó también por su hija y finalmente colgó
Después de la llamada, revisó la hora en su móvil, ya eran más de las diez de la mañana y se quedó pensativa
El vuelo había llegado varias horas tarde, para ese momento ya había pasado la hora de acordada a las nueve.
Ella no estaba segura si Dorian se refería al horario de oficina o al momento de la inauguración cuando dijo que el plazo máximo era el viemes a las 9.
Si era lo primero, ya había pasado la oportunidad.
Si era lo segundo, quizás todavía podría llegar a tiempo.
Dorian siempre había sido un hombre de palabra.
Perder el proyecto de diseño del estilo nacional era algo que ella sabia que él cumpliria.
De repente, Amelia no estaba segura de si valía la pena apurarse para llegar.
Su decisión de volver no había sido tan firme en un principio; había sido más un impulso resultado de la peticion de
Rubén y de las dudas surgidas tras escuchar casualmente la conversación de Hugo y el otro hombre
La cinta transportadora del equipaje ya había comenzado a moverse y las maletas aparecian una tras otra.
Amelia vio la suya entre las demás y la agarró cuando pasó frente a ella.
Empujando su maleta, miró el reloj de nuevo. Solo quedaban treinta minutos; si tomaba un taxi, estaria justo en el limite entre llegar a tiempo y llegar tarde.
Según su plan original, deberia haber tenido suficiente tiempo para llegar a Grupo Esencia.
Pero el vuelo se había retrasado por una tormenta inesperada
Ella comenzó a preguntarse si eso era una señal del destino tratando de impedirle llegar
Decidió dejar la respuesta en manos del destino.
Si llegaba a tiempo, significaría que estaba destinada a estar vinculada con el proyecto y se dedicaria a él con todo su
corazón
Si se retrasaba, tal vez era la manera en que el destino le decía que era momento de cortar lazos.
Verifica el captcha para leer el contenido
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Frío Exmarido