Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 765

Fabio debía estar preguntando al guardia de seguridad por el edificio donde vivían, Dorian lo vio mientras el guardia señalaba con entusiasmo hacia su hogar.

Fabio le agradeció de manera efusiva, incluso le pasó un cigarrillo al guardia.

Era un experto en estos tratos amables.

El guardia, contento, aceptó y, consideradamente, le dio más indicaciones.

Dorian frunció aún más el ceño, estacionó su coche al lado de la carretera y, sin más, abrió la puerta y se dirigió hacia ellos.

El guardia, con buena vista, lo vio primero a él, y con un "Sr. Ferrer", señaló a Fabio diciéndole a Dorian: "Sr. Ferrer, ¿este señor lo está buscando a usted?"

Luego, con una sonrisa hacia Fabio, dijo: "Bueno, aquí está el propietario que estaba buscando."

Dorian miró al guardia y luego a Fabio, quien ya se había girado hacia él.

Con una sonrisa que casi le cierra los ojos, Fabio exclamó alegremente "¡Cuñado!" y agitó hacia él unas bolsas que llevaba, diciendo: "¿Así que realmente vives aquí? Cuando vi el complejo no podía creerlo, pensé que me había equivocado de lugar."

Había pensado que este viviría en algún barrio lleno de mansiones o un apartamento de lujo, este complejo no parecía el tipo de lugar donde alguien de su estatus viviría.

Dorian lo miró fríamente: "¿Qué es lo que quieres?"

"Ayer salvaste a Lea, aún no había tenido la oportunidad de agradecerte, así que vine especialmente hoy para hacerlo."

Fabio aún sonreía amablemente, sin importarle la frialdad de Dorian ni el recordatorio de ayer de no llamarlo "cuñado", seguía llamándolo así con naturalidad.

"¿Quién te dijo que vivía en este lugar?"

Dorian le preguntó.

Fabio parecía no esperarse esa pregunta y se quedó sin palabras por un momento.

"Solo... pregunté a unos amigos." Fabio dijo, intentando disimular.

Pero los ojos oscuros de Dorian lo miraban fijamente, como si fuese un halcón.

"Este... aquel..." Fabio se sintió incómodo por un momento, tragando saliva sin atreverse a decir quién.

"Solo... un amigo." Finalmente, logró decir torpemente.

Dorian lo miró pensativamente.

Su padre, Fausto, había venido a su hogar después del incidente con Amelia, diciendo que había preguntado por ahí para encontrarlo.

En ese momento, Dorian estaba sumido en el dolor de perder a Amelia y no había indagado más.

Aunque Fausto era una persona temerosa y no pudo proteger a Amelia, Dorian sabía cómo se manejaban Blanca y Fabio; siempre considerarían a ella y no revelarían fácilmente su dirección a ellos.

Viendo la reacción de Fabio, no parecía que hubiese sido Fausto quien le informó; de lo contrario, no habría evadido la pregunta de esa manera.

Como si tuviera miedo de que Dorian siguiera preguntando, Fabio rápidamente le entregó las bolsas que llevaba, diciendo con una sonrisa: "Cuñado, en serio, muchísimas gracias por anoche. Si no hubieras estado, quién sabe qué habría pasado con la niña. Esto no es nada caro, pero es un pequeño gesto de agradecimiento, tienes que aceptarlo."

"No es necesario." Dorian seguía siendo frío, "Agradezco el gesto, pero mejor vuelve a casa."

Se dio la vuelta para irse.

Fabio, sosteniendo los regalos, se apresuró a seguirlo. Justo cuando Dorian iba a voltearse para llamar al guardia, levantó la vista y vio a Amelia, que estaba jugando en el parque del complejo con Serena, deteniéndose de repente.

Amelia no se había dado cuenta de ellos, toda su atención estaba en Serena, que corría y saltaba felizmente tras unos amigos.

Dorian, con un movimiento rápido, agarró el brazo de Fabio que sostenía los regalos.

"Ven conmigo."

Sin más explicaciones, arrastró a un confundido Fabio hasta su coche, abrió la puerta trasera y lo empujó adentro. Luego rodeó el coche, se subió, aseguró el cinturón de seguridad de un tirón y puso el coche en marcha, alejándose rápidamente del complejo.

"Cuñado, ¿a dónde vamos? ¿No vamos a tu mansión?"

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