Mi Frío Exmarido romance Capítulo 804

Miranda ya había recuperado su compostura: "No, solo pasaba por aquí."

Amelia sonrió: "¿Y dónde te estás quedando? ¿Es un buen lugar?"

"En el mismo lugar, cerca del Hotel El Tesoro," respondió.

Amelia no pudo evitar fruncir el ceño internamente. El Hotel El Tesoro y ese lugar estaban en extremos opuestos, uno al sur y otro al norte. La distancia no era corta.

¿Cómo podía ser una coincidencia encontrarse allí?

Antes de que pudiera pensar más, la figura repentina de Rafael irrumpiendo en su vista la hizo detenerse ligeramente y su cuerpo instintivamente quiso esconderse al lado de Miranda. Pero Rafael parecía estar buscándola directamente, ya que la había visto y comenzó a correr hacia ella.

Detrás de él, Rosalinda lo seguía, corriendo y jadeando.

Rosalinda también vio a Amelia y con una expresión de disculpa hacia ella, no pudo evitar explicarle apresuradamente: "Lo siento, Domingo me preguntó en el chat dónde estaba y le dije que estaba comiendo contigo aquí. No pensé que Rafael estaría cerca y él corrió para buscarte en cuanto lo supo, yo apenas había respondido el mensaje cuando lo vi."

Amelia no tuvo tiempo de tranquilizarla. Rafael ya estaba caminando directamente hacia ella, diciendo: "Amelia, necesito hablar contigo."

No quería hablar con él, ni enfrentarlo.

Miró a Miranda, quien fruncía el ceño y miraba a Rafael con desaprobación. Después de un breve momento de reflexión, fingió estar asustada y soltó el brazo de Miranda, diciéndole en voz baja: "Madrina, me temo que no podré quedarme a comer contigo hoy, te invito otro día." Luego, se dio la vuelta y corrió, como si intentara esconderse de Rafael.

Miranda, sorprendida, volteó a ver a Amelia, pero ya era demasiado tarde para pensar, ya que Rafael la había alcanzado y al ver a Amelia correr, instintivamente aceleró el paso para seguirla, por lo que Miranda lo agarró con fuerza para detenerlo.

"¿Qué crees que haces? ¿Quién eres?" La mujer preguntó severamente, sacando su teléfono. "Voy a llamar a la policía."

Rafael intentó liberarse y Rosalinda, que ya había alcanzado a acercarse, ayudó a detenerlo, apresurándose a decirle: "Rafael, deja de hacer un escándalo. ¿No ves que Amelia se asustó al verte?"

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