Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 894

Marta no se percató de la expresión de Amelia, y empezó a recordar por su cuenta: "Debió haber sido así. En ese momento ustedes entraron una detrás de otra por la puerta trasera, tú ibas adelante y el Sr. Ferrer estaba detrás, mirándote fijamente sin moverse."

Amelia no pudo armar esa escena en su cabeza, pero de repente visualizó a un hombre alto deteniendo su paso al levantar una cortina, y a una joven que también se detenía mientras caminaba. Los dos se miraban a cierta distancia, sin decir una palabra durante un largo rato, en un pasillo estrecho y concurrido. Así estaban, mirándose el uno al otro entre la multitud, hasta que un "Hace mucho tiempo que no nos veíamos" calmadamente pronunciado los hizo cruzarse sin más...

No sabía si esa imagen era una construcción basada en la descripción de Marta o si realmente había sucedido.

En su mente nublada no había imágenes claras, solo una reunión como sacada de una película, creada a partir de las palabras de Marta, que poco a poco se desvanecía mientras pasaban uno al lado del otro en el cambio de luces y sombras.

Amelia dejó de intentar capturar esa imagen, simplemente se dejó sumergir en esos entrelazados destellos, sintiéndose tranquila, incluso disfrutando de la sensación de estar aturdida.

Marta también notó la mirada distante en su rostro, y su voz se suavizó inconscientemente.

"En ese momento no te atreviste a reconocer a Serena, simplemente encontraste un asiento vacío y te sentaste un rato antes de irte, y el Sr. Ferrer te siguió poco después," dijo Marta en voz baja. "Esa noche, él te llevó a casa. Tenías un pequeño taller en la planta baja, llevaste al Sr. Ferrer allí. Después de despedirlo, nos mudamos esa misma noche."

Amelia no pudo evitar sonreír: "Era bastante decisiva en ese entonces."

"Sin duda," Marta respondió con una sonrisa. "Ni siquiera habíamos encontrado otro lugar donde vivir, nos mudamos a un hotel. Ese pequeño taller fue desocupado durante la noche, y devolvimos la habitación a la mañana siguiente. Cuando fui a empacar mis cosas el día siguiente, bajé a echar un vistazo y el Sr. Ferrer estaba ahí, con el rostro inexpresivo, probablemente muy molesto."

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