No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 186

Johana lanzó la pregunta de repente, y Ariel se quedó tan pasmado que solo pudo mirarla, sin saber qué decir.

Ella lo miró fijamente, esperando alguna reacción, pero al ver que Ariel no respondía, Johana se levantó despacio de sus piernas y murmuró con voz suave:

—Mejor descansa, es tarde.

Sin esperar respuesta, salió del cuarto en silencio.

Solo hasta que escuchó el sonido de la puerta cerrándose, Ariel volvió en sí. Entonces giró la cabeza hacia la entrada, clavando la mirada en la puerta durante un largo rato sin pronunciar palabra. Finalmente se levantó, se acercó a la ventana y, de una repisa, tomó una cajetilla de cigarros y un encendedor. Encendió uno y dejó que el humo se elevara despacio, con el ceño ligeramente fruncido.

...

En la habitación de al lado, Johana entró, puso un poco de orden y dejó su ropa sucia en el cesto. Apagó la luz y se preparó para dormir.

Ariel no quería divorciarse, pero no era por amor. Después de tres años de matrimonio, ya se habían acostumbrado el uno al otro. Johana siempre le daba su espacio, evitaba conflictos y arreglaba cualquier lío que él dejaba atrás.

...

Los días siguientes transcurrieron igual que siempre: ambos llegaban a casa, pero salían temprano y regresaban muy tarde, así que apenas cruzaban palabra. Después de aquella noche, parecía que ya no tenían nada que decirse.

...

El sábado, aprovechando que era día de descanso, Johana arrastró a Marisela a la inmobiliaria desde temprano.

Llevaban días viendo opciones y, tras comparar varias, Johana ya se había decidido por una: un departamento nuevo, nunca habitado, en el piso doce y cerca del río.

La constructora lo había dejado listo con acabados, pero sin muebles. Todo eso tendrían que conseguirlo ellas.

Firmaron el contrato, pagaron y terminaron los trámites. Llaves en mano, Johana y Marisela se fueron a ver el nuevo hogar.

Limpiaron un poco entre las dos, y después, encendieron el aire acondicionado y se sentaron en el suelo a descansar.

Mientras observaba el lugar que ahora le pertenecía, Johana soltó una carcajada espontánea, como si de pronto se le hubiera quitado un peso de encima.

Marisela, sentada a su lado y apoyando la espalda contra la suya, giró la cabeza para bromear:

—Señorita Johana, compraste el departamento de contado... ¡Eso sí que es poder!

Johana, mirando el techo, respondió con una sonrisa:

—Ahora sí me siento tranquila. Ya no voy a tener que molestar a mi abuelo, por fin tengo mi propio lugar.

Luego añadió:

—Cuando tenga un rato, vengo a comprar muebles y electrodomésticos.

Capítulo 186 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces