Sabiendo que quiero hacer, me aseo y miro sonriente la caja en medio de la cama, que parece un monstruo para mí, bueno, para mi padre. Mi teléfono suena una y otra vez, pero, no le respondo, lo que menos deseo es casarme con un alfa, que no conozco y no puedo permitir que me entregue como un objeto solo porque así lo desea.
Si realmente debo casarme, lo haré después de entregarme al hombre que si amo y si a mi prometido no le gusta, puede cancelar el compromiso, que yo molesta no me voy a colocar. Así que, cualquiera que sea el resultado, no obtendrán lo que quieren.
‘Con esta ropa diminuta dentro de la caja, daré un mensaje claro de que seré obediente con su orden, pero, eso no implica que mi virginidad sea para quien mi padre desea y que a quien se la daré, disfrutaré hacerlo.’ me digo mentalmente.
— Tomaré mis propias decisiones porque es mi vida la que estoy viviendo y no las de ellos. — digo con firmeza, mientras agarro la diminuta prenda intima que escasamente cubre algo.
Con confianza. Me coloco la prenda de interior que se oculta entre mis glúteos, para después colocarme los tirantes y medias que vienen con la diminuta braga que tengo puesta, para después, terminar de vestirme.
Lista, camino hacia el lugar donde están mis perfumes, para colocarme un poco y tomar el frasco de vidrio que trae en su interior la pócima que me hace ser normal en un mundo normal.
— Cariño, he llegado. — dice Lake tocando la puerta
Ya lista, tomo mi bolso y en este meto un poco de la pócima, por si algo extraordinario sucede. Ya lista, abro la puerta y el hombre frente a mí, abre sus ojos sorprendido, para después tomar mi mano y hacerme girar.
— ¿Por qué siempre haces esto? — digo dándome la vuelta con su mano encima de mi cabeza.
— Porque el arte debe ser deleitado en su totalidad, por lo que, debo ver cada parte de este, para tener una imagen mental completa. — dice Lake y yo niego sonriendo.
— Siempre tienes algo dulce que decir. — susurro y él niega.
— No sabes cuanto debo entrenar mi mente mirándome al espejo para tener el valor de hablarte, porque cuando te veo, quedo eclipsado al punto que se me olvida respirar. Si me ves que soy elocuente al hablar, es porque me esfuerzo en no sucumbir a tus encantos y verbalizar todo lo que me haces sentir, mi amor. — dice Lake y yo me sonrojo.
— Pensé que solo los escritores son capaces de expresarse verbalmente tan bien.
— Quizás sea un escritor, porque tú, mi musa, me tienes tan elevado, que no me es posible callar todo lo que pienso cuando te veo. — dice Lake y yo lo beso.
— No sabes cuanto te amo, Lake. Te amo en cuerpo y alma. — susurro para besarlo nuevamente.
— Debemos irnos, tenemos una hermosa cita para celebrar nuestro segundo aniversario. — dice Lake tomando mi mano, para salir conmigo.
Apenas llegamos al auto, abre la puerta y yo me sorprendo por haber más de cinco ramos de rosas en los asientos traseros. Por lo que, el auto huele a rosas. En medio de estas, hay una caja que tomo, para sacar un cofre donde hay unos aretes, collar y pulsera a juego.
El dorado, se ve perfectamente en cada objeto que tiene incrustaciones de esmeraldas que deben costar mucho por sus cortes perfectos.
— ¿Cómo es posible…? — susurro aturdida.
— Quise darte algo hermoso, por lo que, mandé a hacer este diseño para que tengas algo tan exclusivo, como el amor que me das tú y todo lo que me haces sentir. — dice Lake y yo lo beso, emocionada.
— Gracias, muchas gracias por este regalo, cariño. — digo besándolo.
Si hay algo que me gusta de los humanos, es que son muy pasionales. Yo soy mitad humana, pero, mi parte loba es tan fría, que me impide ser pasional. Los hombres lobos deben ser leales a su manada, por lo que, dejarse llevar por las emociones, es algo que no pasa por nuestras mentes.
— Rain… — dice Lake y de inmediato, me quito el vestido antes de no tener el valor de hacerlo
— Mírame, Lake. Mírame porque mi regalo de aniversario, es ser tuya en cuerpo, porque en alma ya eres mi dueño. — digo y Lake gimotea.
— Oh, Dios… — susurra Lake.
— Cógeme, cariño. Hazme tuya ahora. — susurro y él de inmediato, corre hacia mí colocando su mano en mi nuca y pegando nuestros labios con demasiada pasión.
No hay dudas después de dicho beso. Porque nos amamos y estoy segura que a partir de hoy, él será mío y yo seré suya.
Sus besos me calentaban hasta lo más frio de mi cuerpo. Ni siquiera un desierto tendría la temperatura que mi cuerpo tiene en estos momentos y vaya que lo disfruto completamente, porque sé que después de este calor, habrá mucha humedad.
Soy virgen, eso es evidente, pero, no me ha impedido leer historias humanas que calientan hasta animales de sangre fría y eso… es esa la pasión humana que tengo ahora, una que anhela ser satisfecha por mi novio, el hombre que amo.
Como si mi cuerpo lo incitará a pecar, comienza a saborear mis pechos por encima de la tela de encaje y por eso, soy yo quien hago mi cabeza hacia atrás ante el contacto de su húmeda boca con mis pezones erectos.
Los gemidos no se hacen esperar y aunque quiero que me siga tocando, la humedad de mi entrepierna me da las señales de que no desea solo toques, si no, un contacto directo. Por lo que, con descaro, llevo mi mano hacia el botón de su pantalón y bajar esa cremallera que guarda lo que deseo sentir.
Lake, no espera que libere su miembro de la prisión de su ropa interior, porque coloca sus manos en mis glúteos y besándome, me lleva hasta la cama, donde mi intimidad, recibe el aliento cálido de mi novio.
‘No voy a entregarme a alguien que no amo, si por la manada estoy obligada a casarme, no debo estar obligada a llegar virgen al matrimonio. Ese es mi precio por un matrimonio arreglado y lógicamente sin amor.’ Me digo mentalmente.

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