Rechazada y embarazada del alfa romance Capítulo 4

Tres semanas después

Mi interés en salir y verme contenta se redujo a cero, mi buen humor está en pausa desde que Lake se marchó dejándome una nota sobre su almohada con un: “hasta pronto”.

—Estas mal, muy mal. — dice Shania y yo suspiro profundo, mientras guardamos todos los libros que usamos en la clase.

—Lo sé. — digo preocupada.

—Vas a casarte, Rain y sabes que no es con él. — me dice Shania y yo hago una señal de silencio, mirando todo a mi alrededor.

Deseando no pensar en eso, salgo del salón de clases y choco con el pecho tonificado de alguien.

—Lo siento mucho, estaba distraída y… — digo levantando mi mirada, para quedar completamente muda al ver a la persona con la que he chocado.

—Buenas tardes, querida. — dice Lake y yo comienzo a llorar, para después golpearlo.

—¡Eres un idiota! — exclamo con molestia.

—Lo siento, querida. Sí, soy un idiota. Pero, no llores por este idiota, por favor. — pide Lake, mientras me abraza y yo siento como por medio del llanto, dejo ir todas las preocupaciones que había sentido hasta ahora.

Lake, nunca dejó de escribirme y aunque varias veces tardaba en hablarme, me decía que era por su padre, a quien afortunadamente dejó más estable desde ayer. Sin embargo, eso no impidió que llorara en las noches, ya que, me sentía sola.

‘Estoy enamorada de un hombre del que no puedo tener algo más que una relación amorosa sin poder casarme con él. Pero, mi corazón no entiende ello.’ Me digo mentalmente.

Lake me calma con palmadas y sin decir algo, nos marchamos rumbo al parqueadero, donde al entrar a su auto, veo las maletas que seguramente metió antes de ir por mí a mi salón de clases.

—¿Acabas de llegar? — pregunto confundida.

—Vine directamente aquí, apenas llegué. Quería ver a mi chica. — dice Lake.

Lake no me habla de su viaje, pero, el silencio no es molesto, lo que si lo es, es su ausencia.

—Se siente bien verte directamente y no por una video llamada. — digo y Lake asiente sonriendo.

—Tienes razón, esto se siente mejor. — dice Lake, para después, detener su auto cerca de su casa.

Mi ardor de estómago que siento hace días vuelve y yo me preocupo por ello, desde que Lake se marchó, he estado estresada y por eso, he tenido mucha gastritis. Por lo que, reviso en mi bolso la medicina para mi estómago, pero, no hay.

Así que, suspiro profundo, sabiendo que debo comprar más y pronto, antes que el dolor no me haga pensar en otra cosa.

—Subiré a dejar las maletas y vuelvo pronto. — dice Lake y yo asiento.

—Nos vemos pronto, yo voy a ir a la droguería mientras regresas.

—¿Te sientes mal?

—No, es solo que quiero comprar una bebida mientras te espero. — miento, sabiendo que si le digo que tengo dolor, hará todo un drama.

—Está bien, espérame en la droguería, pronto vuelvo.

Asiento y los dos salimos del auto, despidiéndonos brevemente con un beso, para después, tomar caminos separados. Sonriendo, entro a la droguería donde tomo una botella de agua, mientras pido medicina para el dolor de estómago.

—¿Tiene receta médica? — pregunta el empleado.

—No, tengo que ir al médico por ello, pero, estoy muy ocupada con la universidad. Solo necesito esta medicina para el malestar de estómago y todo estará bien.

—¿Solo tiene malestar en el estómago? ¿No ha sentido algún otro síntoma? — pregunta el empleado y yo niego.

—Buenas tardes, ¿tiene toallas sanitarias y medicina para calmar mis cólicos? — pregunta una mujer que entra a la droguería.

‘Yo también sufro mucho en mis periodos menstruales por los cólicos que me hacen llorar. Menos mal este mes…’ me digo mentalmente y mis pensamientos se detienen.

Capítulo 4 Verlos 1

Capítulo 4 Verlos 2

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