‘Se supone que solo iba a tener una relación amorosa con mi novio, siendo la única persona que escojo en mi vida, pero, ahora… ¿Qué voy a hacer? ¿Por qué tuviste que ser tan fértil, Rain? ¡Se suponía que era poco probable quedar embarazada si él no tenía su orgasmo en mi interior! Y ahora estoy embarazada y abandonada’ Me digo mentalmente
Corro lejos de su casa y suplico que todo sea una maldita pesadilla, pero, casi ser atropellada, hace que mis sentidos se mantengan alerta y note que por muy terrible que la este pasando ahora, es mi realidad.
‘Quizás sea solo un error. Quizás yo sea parte de ese por ciento restante donde falla la prueba. Así que, lo mejor es que me haga una prueba de embarazo de sangre. Pero, entonces descubrirían que soy una mujer lobo y lógicamente, seria informado a mi manada que hay un nuevo bebé en camino.’ me digo mentalmente.
—Esto no puede estar pasándome. — susurro con temor. — No, quizás sea bueno. Los humanos dicen que un bebé viene con su bendición debajo del brazo.
‘No, por más que lo diga, no se escuchara mejor. Estas en graves problemas, Rain. Por lujuriosa y muy fértil, estas en graves problemas.’ Me digo mentalmente.
Sabiendo que no debo mostrar mi dolor, camino intentando parecer calmada, para que mi orgullo no sea más herido, pero, los recuerdos juegan en mi contra, porque el hombre que amo fue besado y tocado por otra mujer, que era su prometida y yo… me llamó su amante.
Si tenía interés en romperme el corazón y destruir mi orgullo, lo hizo a la perfección, aunque mi estúpida mente aun piensa que es un error.
Sin darme cuenta, llego a la universidad justamente en el taller donde él siempre estaba cuando lo buscaba. Por lo que, sonrío sintiéndome patética.
—¿Por qué viniste aquí, tonta? ¿Quieres que vean sus compañeros cuan patética eres? — pregunto en un hilo de voz.
—Rain… — dice Lake y el solo escuchar su voz, hace que el desagrado me invada.
—No te atrevas a decir mi nombre, Lake. No quiero que con tu sucia boca me menciones. — digo observando arañazos en su cuello, como marcas moradas en este.
—¿Eres escocesa, Rain? Solo las personas de allá, son las que he visto con un cabello tan rojo — dice la mujer que hace pocas horas vi sobre la isla de la cocina donde él me hizo suya semanas atrás.
Por lo que, el desagrado me invade al saber que yo fui usada y ella, parece sentirse bien con mi sufrimiento, como si estuviera acostumbrada a los engaños y ver como Lake rompe el corazón de las tontas que como yo hemos caído en su encanto.
—No te permito que menciones mi nombre tampoco, golfa. — digo con enojo.
—Mira, estúpida… — dice esa mujer y Lake la agarra del brazo para detenerla.
—No le digas así, Rain. Respétala. — dice Lake, mirando a la mujer con la que se besaba, para después mirarme con frialdad.
No logro comprender lo que sucede, pero, siento que la vida se me cae a pedazos y es por ello, que debo calmar mi corazón para poder respirar profundo, porque necesito un respiro grande, para no enloquecer.
No me he recuperado de la humillación en su casa, para soportar otro, pero, mis piernas no me permiten moverme. Es como si estuvieran aferradas al suelo, esperando que los impactos terminen acabando con mi vida.
‘No puedes gritar por alguien que realmente no merece la más mínima alteración.’ Me recuerdo aferrándome a un orgullo que no sé si puedo alardear.
—¿Qué has dicho?
—Debes ser respetuosa con… mi prometida. — dice Lake y yo sonrío.
—No sabes cuan feliz me hace escuchar eso, Lake. Me has quitado un peso de encima. — digo con dolor.
La preocupación de como reaccionaria por haber estado con él teniendo ‘mi prometido’ desaparece completamente, al igual que cualquier oportunidad de enfrentar juntos mi embarazo.
Por lo que, trago duro y me quedo siendo masoquista, porque no puedo moverme y además de eso, necesito mucho más para olvidarlo, porque mi corazón aunque duele, lo ama. Por ello, trago duro y continuo con mi conversación.
—Todo ha terminado y no sabes cuanto me alegra ello, Lake. Espero no volverte a ver en mi maldita vida. En estos momentos, ya no hay más un tú y yo, mucho menos, la posibilidad de un nosotros. — digo, para después salir del taller y tomar un taxi fuera de la universidad.
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