Rechazada y embarazada del alfa romance Capítulo 2

2 /279

Sus brazos estaban envolviendo mis piernas y su mano dominante estaba en el inicio de mis labios vaginales, de donde descendía hasta ese botón de placer que lo siento tan sensible.

—No sabes cuantas veces soñé con este momento. — susurra Lake.

—Entonces, haz posible que la realidad supere lo que me hiciste en el sueño. — digo y de inmediato, Lake me quita mi ropa interior y se une a esa parte sensible de mi intimidad con tanta intensidad, que me corta la respiración.

No hay más pensamientos de mi matrimonio y mucho menos, cuanto cambiará mi relación con mi novio, cuando deba marcharme. Mi mente, está en blanco y lo peor, es que el color comienza a ser incendiado de una forma tan extasiante, que estoy a punto de explotar, solamente con su toque.

—Cariño, por favor… te lo pido. — digo y él me sonríe, alejándose levemente de mi cuerpo, para mirarme y con lujuria, dejarme completamente desnuda y él hace lo mismo consigo mismo.

Por lo que, puedo ver su magnitud, una que me deja sin palabras. estoy en completo aturdimiento.

‘¿No se supone que solo un alfa es capaz de dejar sin palabras por el tamaño de su polla? ¿Cómo es posible que un humano pueda tener semejante magnitud?’ me pregunto mentalmente aturdida.

Lake, se acerca peligrosamente a mí y comienza a besar mis piernas, dejando un rastro húmedo, que hace que todo lo sienta en mi botón de placer. Gimoteo con sus besos y enloquezco cuando llega a mi vientre y sube hasta mis pechos.

Con estos, solo juega un rato, porque, nuestros labios, demandan atención, una que me da a la perfección, al punto de olvidar con que me apunta. Es solo cuando siento el primer empujón con su magnífico instrumento sexual, que mi cuerpo se tensa.

Pero, Lake parece saber lo que hace, porque centra tan bien su atención en mis pechos, que termino gimoteando por el placer que me causa y solo recuerdo que está haciendo, cuando empuja una vez más.

Su boca en mi pezón derecho, su mano izquierda en mi botón de placer y su mano libre acariciando mi pierna, hace que no entienda que sentir exactamente mientras empuja más para abrirse espacio en mi canal.

‘Este hombre, sabe lo que hace y eso, me dará un encuentro sexual mejor de los que he imaginado. Hoy, seré feliz, tan feliz que dudo que pueda dormir.’ Me digo mentalmente.

Lake se abre espacio mientras yo no dejo gimotear por el dolor y el placer que siento, por lo que, la habitación toma un ambiente bastante lujurioso y embriagador, que ayuda a envenenar mis vías respiratorias de esas aromas relacionadas al sexo, unas que erizan mi piel y humedecen más mi entrada.

—¿Lo quieres suave o duro? — pregunta Lake y yo no sé qué decir.

—Lo dejo a tu criterio. — susurro y de inmediato, me besa tanto, sin moverse, que no sé qué ha escogido.

Después de un beso que me catapulta cerca del paraíso lujurioso, Lake comienza a moverse de tal forma que siento que va a terminar todo, porque sale de mí lenta y tortuosamente. Pero, mi querido hombre termina dándome una sorpresa al adentrarse tanto en mí que me corta la respiración.

—¡Lake! — grito golpeando su brazo.

—Tranquila, yo me encargo. — dice él, para después, besar mis senos y cuello pausadamente.

No sé cuál es la magia, pero, sus besos y su mano que no abandona mi botón de placer, hace que el dolor quede en un plano lejano, donde solo el deseo se posiciona como amo y señor de mi cuerpo.

Nuevamente, Lake vuelve a salir de mí, para besarme de tal forma que lo abrazo. Es cuando la segunda estocada se efectúa y yo tenso mi cuerpo, sintiendo como esta se adentró más a mí.

‘Al parecer, voy a morir por el miembro de un humano.’ Me digo mentalmente sintiéndome indignada.

—Si no puedes soportarlo.

‘¡Yo soy una loba, esto aunque es grande, no debe quedarme grande’ me digo mentalmente.

—No te detengas, puedo adaptarme a ti. — susurro y él me besa, sonriendo, para continuar con esos movimientos que no sé si me dan más placer que dolor o viceversa.

Debo admitir que adaptarme a él no es fácil, pero, saber que estoy haciendo esto con el hombre que ha estado conmigo en todo momento, que me ha consentido con muchos detalles y muestras afectivas de afecto, que me hicieron no darles relevancia a las reglas de mi familia, porque era y soy feliz, no tiene precio.

Cada estocada, aunque duele, poca relevancia le doy a ese dolor, porque él sabe cómo centrar mi atención en algo placentero. Por ello, disfruto del placer que sus labios y manos me dan, hasta que finalmente me siento invadida completamente de su magnífica herramienta reproductiva.

—Felicidades por soportarlo hasta el final y no correrte. — dice Lake y yo me siento avergonzada.

—Espero ser recompensada por tan increíble hazaña. — digo y él me sonríe con malicia.

—Serás recompensada, cariño, te lo aseguro. — dice él, pero, antes de prepararme para sus movimientos, sale de mí, para después buscar algo en los cajones de las mesitas cerca de la cama.