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Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 145

¡Qué buena frase, “la vuelta es incierta”!

¿Acaso la siguiente no sería “aunque el anhelo sea inmenso, la resignación es inevitable”?

Germán lo entendió de repente.

—Entonces, te deseo mucho éxito en tu carrera.

Melina respondió con un “gracias” y colgó.

Germán le sonrió a Camilo, fingiendo calma.

—Las mujeres son así, siempre con sus caprichos. Cuando se le pase el enfado, volverá. Nadie se va para siempre.

Camilo no respondió, sino que dijo:

—Bueno, cuídate. Yo ya me voy. Ah, por cierto, ya he llamado a tus padres, deben de estar al llegar.

—Cami, no deberías haber llamado a mis padres, no quiero preocuparlos. —Germán temía sobre todo que sus padres culparan a Tania, por eso no quería que se enteraran de lo de esa noche.

—Ya va siendo hora de que tus padres te den un buen sermón. Me voy. —Camilo se dio la vuelta para marcharse.

Tania, al verlo, se apresuró a seguirlo.

—Tania, no hace falta que me sigas. Quédate en el hospital cuidando de Germán. Yo tengo cosas que hacer. —Camilo se detuvo y le habló a Tania con una expresión impasible.

El enfado por lo de la película con Germán ya se le había pasado.

Pero esta noche, la rabia había vuelto a encenderse.

Si no hubiera sido por su encuentro con Germán, quizás Melina no habría decidido irse al extranjero, y menos con tanta prisa. Era evidente que había sido una decisión repentina.

—Cami, ¿has vuelto a malinterpretar lo nuestro? —Los ojos de Tania se enrojecieron. Agarró el borde de la ropa de Camilo y lo miró, con los ojos llenos de lágrimas.

—No, no pienses eso, de verdad que estoy muy ocupado últimamente. —Camilo desvió la mirada. No soportaba verla llorar, siempre acababa cediendo.

Tania sollozó.

—Pero es evidente que me estás evitando. No contestas a mis mensajes ni a mis llamadas. Y el otro día, cuando te llamé, me contestó una mujer.

Camilo frunció el ceño. De repente, se acordó de Dana, la nueva empleada. Ahora era su secretaria personal. Seguro que fue ella quien contestó, pero no le había dicho nada.

—Es mi secretaria, no te hagas ideas raras.

Capítulo 145 1

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