Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 152

Tania se aferró a no admitir nada, negando con la cabeza una y otra vez. Adriana soltó una risa burlona, acercándose sin perder esa mirada cortante.

—Eres de las que no entienden hasta que ven las consecuencias, ¿verdad? Mis diseños, ¿los compraste de manos de Marco, sí o no?

Tania la fulminó con la mirada, pero sus uñas se clavaron en la palma de su mano, y los labios le temblaban de tanto morderlos. No soltó palabra.

—Marco es mi asistente. ¿Te dijo que esos diseños eran suyos? ¿O que ella es quien trabaja detrás de mí? —La voz de Adriana se volvió casi un susurro, pero cada palabra pesaba como plomo. Tania sintió como si le cayera un balde de agua helada encima. ¿Cómo podía saber incluso eso?

¿Acaso Adriana había atrapado a Marco?

Adriana se inclinó aún más cerca, bajando la voz:

—No eres la primera a la que engañan, pero las demás al menos saben cuándo rendirse. Cuando aparece la verdadera autora, suelen dar un paso atrás. Pero tú, ¿de dónde sacas tanta seguridad?

Adriana la miró de arriba abajo, como si quisiera descubrir el secreto detrás de su terquedad.

—¿Quién te dio ese valor? ¿Es que piensas que Camilo o Germán van a salvarte?

Al principio, Adriana pensó que Marco solo le había vendido sus bocetos descartados a Tania. Pero pronto descubrió que Marco los había vendido a muchos más. Al menos a una docena de diseñadores.

Con los otros podría dejarlo pasar, pero con Tania no. A ella sí pensaba llevarla hasta el final.

El rostro de Tania estaba tan pálido que parecía de papel. Gotas de sudor gruesas le corrían por la frente y se deslizaban por sus mejillas. Miraba a Adriana con terror, y apenas susurró una defensa desesperada, intentando cargarle todo el peso de la culpa a Marco.

—Señorita Ramos, yo también fui víctima. No tenía idea de que Marco robó tus diseños para vendérmelos. Si lo hubiera sabido, ¡jamás me habría atrevido a aceptarlo!