Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 16

Sabrina asintió. Tenía cosas que hacer. Era el aniversario de la muerte de sus padres y quería ir a presentar sus respetos.

Normalmente lo hacía por la mañana, pero ese día se había quedado dormida.

Al salir de la mansión Guerrero, compró algunas ofrendas y condujo hasta el cementerio.

Hacía un año que no visitaba las tumbas de sus padres. Pensando que estarían cubiertas de maleza, llevó consigo una hoz.

Pero al llegar, se encontró con las lápidas limpias y relucientes. A sus pies, había ofrendas y los restos de papel moneda quemado.

Se quedó perpleja. ¿Quién había venido a visitar a sus padres?

¿Y no solo eso, sino que se había tomado la molestia de limpiar?

Con el corazón lleno de dudas, se arrodilló y les habló de todo lo que había ocurrido últimamente.

Antes de irse, les hizo una promesa.

—Papá, mamá, encontraré a mi hermano. Se los juro. Y cuando lo haga, lo traeré a verlos.

Tenía un hermano pequeño que había desaparecido poco después de la quiebra de sus padres. Tenía unos tres años.

Recordaba cómo le gustaba abrazarle las piernas y seguirla a todas partes, llamándola «hermana». Recordaba lo felices que eran.

Pero de repente, el Grupo Molina se había hundido en una crisis que los llevó a la bancarrota.

Aunque era pequeña, recordaba claramente a sus padres pidiendo ayuda a diestro y siniestro. Los Guerrero fueron los primeros en ofrecer su apoyo.

Pero el agujero financiero del Grupo Molina era demasiado grande. Ni siquiera la ayuda de los Guerrero pudo salvarlos.

Al final, la empresa quebró y los Guerrero la adquirieron, renombrándola como Empresa Nube y convirtiéndola en una de sus filiales.

De repente, un recuerdo la asaltó. En su vida anterior, un antiguo director del Grupo Molina le había dicho que la quiebra no había sido tan simple como parecía.

En ese momento, destrozada por el maltrato de Camilo y Germán, no pudo hacer nada, aunque supiera que había algo turbio.

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