Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 19

Felipe sonrió y decidió, por el momento, no intervenir.

Sabrina se sentó en un sofá y recorrió con la mirada a los Guerrero sentados frente a ella. Con una calma imperturbable, se dirigió primero a Betina.

—Cuñada, ¿necesitas que te recuerde por qué recibiste una paliza?

Pero Betina, sintiéndose respaldada por su esposo e hijo, evadió la pregunta.

—Lo único que importa es que admitas que me golpeaste. Aunque ahora estés casada con Ignacio, soy tu cuñada, y agredirme es una falta de respeto.

—Es cierto, mi gente golpeó a la cuñada —admitió Sabrina con una media sonrisa.

Al oírla, Betina sonrió con suficiencia.

—En la familia Guerrero hay reglas. Hay que respetar a los mayores. Y tú no solo hiciste que tu gente me pegara, sino que además me extorsionaste 880,000.

Leandro, al oír eso, se levantó de un salto y golpeó la mesa con furia. Con los ojos inyectados en sangre, señaló a Sabrina.

—¡Tú, Molina! ¡Eres una descarada! Has vivido a costa de esta familia todos estos años, ¿y ahora te atreves a golpear y a extorsionar a mi madre?

—Si no nos das una explicación hoy mismo, tú y él se largan de esta casa —añadió Óliver con frialdad.

El "él" al que se refería era, sin duda, Ignacio.

Al oírlo, Felipe miró instintivamente a Óliver y entrecerró los ojos, pero no dijo nada.

—¡Ay, por favor! —intervino Julieta—. Ahora somos familia, tío. No digas esas cosas, que al abuelo no le va a gustar.

—Mamá, eres demasiado buena —dijo Camilo, apoyándola—. Estoy totalmente de acuerdo con el tío. Algunas personas se suben a un ladrillo y se marean. Apenas lleva unos días en esta casa y ya se atreve a maltratar a sus dos cuñadas y a ordenar a su perro que las golpee. Si seguimos así, va a poner esta casa patas arriba.

La familia de Petrona Guerrero, por su parte, permanecía en silencio, observando la batalla desde la distancia. Eran astutos y esperaban a ver quién llevaba las de ganar antes de tomar partido.

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