Reencuentro Inesperado romance Capítulo 2

De repente, Emma empezó a cuestionarse la razón por la que se había mantenido tan decidida durante los últimos tres años.

―Ya lo tengo. ―A continuación se dio la vuelta para salir del cuarto de baño. Aunque su figura de espaldas parecía más bien lamentable, también había un atisbo de firmeza mientras se alejaba.

Tomás dio instintivamente un paso adelante, pero su mirada se oscureció rápidamente al recordar todos los trucos que ella había utilizado con él.

...

La fiesta seguía, pero Emma ya no estaba de humor. Se arregló un poco el maquillaje antes de decirle al viejo que se dirigía a casa y que le había pedido al chófer que la llevara de vuelta.

«¿Me estoy rindiendo ahora mismo?», se preguntó mientras subía al coche. Todavía se sentía bastante aturdida después de lo que había pasado. «Cristina está embarazada y Tomás nunca permitiría que su vástago biológico fuera un hijo ilegítimo. Así que eso significa que al final se divorciará de mí. Supongo que es el final de todo. Empezamos bien y felices, y terminamos de una manera algo decente que hace justicia a nuestro matrimonio».

Se duchó y se fue a la cama al llegar a casa. Cuando estaba medio dormida, pudo sentir que alguien le mordía los labios con firmeza. Las acciones del hombre tenían intención tanto de seducción como de castigo. Su olor familiar le dijo a Emma que era Tomás el que estaba en la cama con ella. «¿Ha vuelto? Tal vez Cristina no tiene tiempo para él hoy. Bueno, eso tendría sentido. Está recién embarazada, ¿no?». Se quitó al hombre de encima antes de encender las luces.

Luego, arregló su pijama desordenado mientras posaba sus pies descalzos en el suelo y se levantaba de la cama. Tomás estaba sentado en el borde de la cama con sólo la mitad de su cara iluminada por la luz nocturna.

―Vamos a divorciarnos, Tomás ―pronunció ella en tono seco.

―¿Has terminado de hacer la tonta?

La cara del hombre estaba llena de fastidio y desagrado. Había estado de viaje los últimos días, así que estaba desesperado por satisfacer sus necesidades corporales. El cuerpo de Emma había respondido instintivamente a sus caricias antes y él ya estaba demasiado metido como para contenerse a hacer el amor. Por lo tanto, se sintió agonizar en el momento en que ella lo apartó; su rechazo le pareció una especie de táctica.

Emma respiró hondo para contener el dolor que sentía en el corazón antes de repetir sus palabras una vez más.

―Hablo en serio. Divorciémonos.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar