Reencuentro Inesperado romance Capítulo 3

Emma se había licenciado en una universidad famosa y reconocida. Sin embargo, se casó con Tomás justo después de graduarse, por lo que acabó convirtiéndose en un ama de casa cuyo principal trabajo consistía en realizar tareas domésticas.

―Bien. Te veré mañana en la Oficina de Asuntos Civiles a las 8.30 de la mañana ―respondió con una sonrisa fría.

Sin pensárselo dos veces, se dio la vuelta y salió de la habitación, ya que no podía compartir la cama con él después de la pelea que acababan de tener. Sin embargo, una fuerte fuerza la arrastró de vuelta a la cama en el momento en que intentó salir. Antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando, la figura grande y firme del hombre la presionó de nuevo contra la cama.

―¿No acabas de aceptar el divorcio? ¿Qué estás haciendo ahora? ―gritó mientras intentaba zafarse de su agarre.

Tomás le hincó el diente en los labios antes de hablar:

―Aún no nos hemos divorciado... y tú dijiste que prácticamente te habías vendido a mí. Así que, por supuesto, tendré que hacer pleno uso de ti antes de que te vayas.

Emma no pudo evitar apretar los dientes de rabia. Mientras él la zarandeaba en la cama para satisfacer sus necesidades, lo único en lo que ella podía pensar era en lo que él había dicho. «Tiene razón. Deberíamos aprovechar al máximo nuestra última noche. Es alto, guapo y bien dotado. Por no mencionar que es bueno en la cama. Apuesto a que nunca podré encontrar un hombre tan atractivo como él después de separarnos, así que debería disfrutar de nuestro tiempo juntos antes de eso, ¿no?».

Con ese pensamiento, extendió sus brazos delgados y hermosos para rodearle el cuello. Sus cálidos cuerpos se apretaron el uno contra el otro y ella incluso le dio la vuelta para estar encima de él en un momento dado. En los tres años que habían pasado juntos, nunca había sentido tanto coraje y pasión en la cama. Siempre había sido tímida, reservada y tranquila tanto en persona como en la cama. Por eso, sus acciones repentinas hicieron que Tomás se quedara demasiado aturdido para moverse por un momento; su respiración se hizo más pesada de lo habitual.

Las orejas de Emma se pusieron rojas cuando oyó su jadeo íntimo junto a su cara. Antes de darse cuenta de lo que hacía, se inclinó hacia él y le dio un beso en la mejilla. Después de aquello, ya no sintió la necesidad de pensar en el pasado. A lo largo de la noche, ambos se compenetraron como nunca lo habían logrado en el pasado. Tal vez se debiera a Emma, que era mucho más apasionada e impulsiva.

A la mañana siguiente, cuando Emma se despertó, Tomás ya no estaba. Se aseó con calma y desayunó antes de conducir hasta la Oficina de Asuntos Civiles, donde habían quedado en verse a las ocho y media de la mañana. Sin embargo, no apareció ni siquiera cuando el reloj marcaba las nueve. Esperó otros treinta minutos antes de llamarle.

―Estoy en la Oficina de Asuntos Civiles. ¿Cuánto tiempo vas a tardar?

―Estoy en Ciudad Armele ―respondió tajante.

Capítulo 3 En bancarrota tras el divorcio 1

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Capítulo 3 En bancarrota tras el divorcio 3

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