Cuando Susana se enteró de que Emma quería centrarse en su carrera, le brillaron los ojos de emoción.
―Nuestra empresa ofrece la oportunidad de estudiar guión en el extranjero, así que avísame si quieres centrarte en esta línea de trabajo. Puedo ayudarte a preguntar al Presidente Zárate al respecto.
Emma estudiaba arte dramático y cine en la universidad. Aunque se había adaptado a su papel de ama de casa a tiempo completo inmediatamente después de su graduación, Susana no podía soportar ver cómo el talento de Emma quedaba enterrado así como así. Así que le ofreció la oportunidad de trabajar como guionista a tiempo parcial.
Nadie, ni siquiera Tomás, sabía nada de este asunto. El público no estaba al tanto de la participación de Emma, ya que utilizaba un seudónimo: Iris.
―¿Hablas en serio? ―Emma se sorprendió al oír lo que su buena amiga le había sugerido.
―Por supuesto. ―El tono de Susana era firme―. El presidente Zárate siempre ha admirado tu talento. Aunque sólo seas una guionista a tiempo parcial, él estaría dispuesto a patrocinarte cursos de desarrollo personal, siempre y cuando estés dispuesta a unirte oficialmente a nuestra empresa como guionista a tiempo completo.
Susana trabajaba en Productora Alfa, una empresa creada por la superestrella retirada Guillermo Zárate y su buen amigo. Su empresa contaba con los más famosos equipos de guionistas, productores y famosos. Todos los dramas y películas que habían estrenado en los últimos años habían sido grandes éxitos en el mercado.
―Claro. Lo firmaré. ―Emma no dudó ni un instante. Divorciarse y salir del país sonaba como su mejor camino a seguir en ese momento. Una vez fuera del país, ya no tendría que enfrentarse a nada de lo ocurrido en Jurmania. Bueno, al menos su corazón ya no le dolería constantemente.
Esta vez Tomás estuvo fuera del país unos tres días, mientras Emma esperaba pacientemente su regreso. Durante uno de esos días, Susana la llevó a a firmar un acuerdo con su empresa. Después de eso, Emma hizo una visita a la residencia Vázquez, pues pensó que Cristian debía estar al corriente del divorcio. Después de todo, era la única persona de la familia que se preocupaba sinceramente por ella.
―No te preocupes. Lo que tu abuelo y yo hablamos fue por tu propio bien. ―Con eso, Emma se dio la vuelta y se fue después de terminar su frase.
Antes le había dicho a Cristian que quería el divorcio y que debía apoyar la relación de Tomás con su pareja. Estaba claro que no quería retenerlo quedándose en un matrimonio sin amor. «Hago todo esto por su bienestar, ¿verdad?».
El rostro de Tomás se ensombreció al oír el tono de la mujer; se daba cuenta de que había rencor en su voz y en su expresión. A lo largo de los tres años que llevaban juntos, ella siempre había sido una figura gentil, educada y amable. Por lo tanto, era comprensible que él se sintiera especialmente molesto cuando ella hablaba en un tono tan cortante y ofensivo.
Se tiró de la corbata para aflojársela antes de tragarse su rabia y salir en busca de su abuelo. Unos diez minutos más tarde, Cristian encontró a Emma en la cocina y la detuvo con gesto adusto.

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